El cubrebocas se ha convertido en parte de la vida diaria, pues sirve para protegerte a ti y a los demás en estos tiempos tan inciertos. Ante este nuevo escenario, la creatividad de las personas ha salido a relucir. Algunos han creado cubrebocas con motivos de superhéroes y distintos personajes, hay otros hechos en impresoras 3D y algunos artesanos de México también han plasmado sus diseños en este accesorio tan importante en la época actual.

Esto es una muestra de que los mexicanos siempre se distinguen por tener una creatividad increíble y por sacar lo bueno de las situaciones difíciles.

Ese fue el caso de Cristy Pérez, artesana de San Andrés Larráinzar, Chiapas. Ella, junto con sus hermanas Sebastiana y Ernestina, se han dedicado a crear cubrebocas tejidos y brocados en telar de cintura, mientras que su esposo y cuñada trabajan en la parte de confección.

El telar de cintura es una técnica utilizada por artesanos desde hace cientos de años. El telar se amarra de extremo a extremo de un árbol y se sostiene con un mecapal. Tiene una serie de varas de madera para lograr el ancho de la tela y tramar los hilos. Las varas de lizo sirven para levantar los hilos pares y crear un espacio entre ambos juegos de hilo.

Estos hilos se aprietan con un aditamento llamado tzotzopaztli o machete. En estos telares de cintura se puede crear una gran variedad de tejidos con los ajustes necesarios para lograr el ancho y largo deseado.

Así es como estos cubrebocas son creados, con algodón y brocados especiales que llevan una simbología importante.

En algunos puedes encontrar el MUK TA LUCH, el símbolo del universo maya que ha sido usado desde el periodo clásico de dicha cultura en Yaxchilán. Representa la salida del Sol desde el cielo al inframundo a través del tiempo.

Existe otro diseño que es el Jenjen (sapo en tzotzil). En un mito se dice que en Chenalhó, un sapo llamado Antonia, espera en la puerta y cuida la casa del Señor de la Tierra. En una versión chol del mismo mito, el sapo es la esposa del Señor de la Tierra; y en un mito zinacanteco, es el músico del Señor de la Tierra. De acuerdo con Anselmo Pérez, un chamán zinacanteco, el sapo es el chamán del Señor de la Tierra. 

Así es como desde Chiapas surgió la idea de crear estos cubrebocas para plasmar las tradiciones mexicanas y poder ayudar a cuidar a las personas.

Cristy trabaja con Hilando Historias, una plataforma creada por Estela Ivonné Salinas, que busca apoyar a los artesanos de diferentes maneras para que puedan obtener un pago justo por lo que hacen.

Así, en Hilando Historias se han unido a diferentes artesanos de México para exponer su trabajo, ser remunerados con el precio justo y que sus creaciones sean más conocidas.  

Además, esta plataforma se ha dedicado a crear talleres, eventos, series en Instagram con expertos y un sinfín de actividades, para que el apoyo a los artesanos no cese y puedan seguir con sus proyectos.

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