Es tentador comenzar el desayuno con café y una pieza de pan, y en muchos casos, es casi una tradición, un momento reconfortante. ¿Qué dirías si te dijeran que comenzar tu día con verduras es lo más apropiado para tu salud?
En una serie de investigaciones se descubrió que comer ciertos alimentos, como verduras sin almidón, antes que los carbohidratos, puede resultar en un nivel de azúcar en la sangre más bajo y más saludable. Especialmente en el desayuno, estos vegetales también suprimen las hormonas que provocan el hambre a lo largo del día.
Antes de continuar, debes recordar que los carbohidratos no son malos, además de ser necesarios por ser la principal fuente de energía del sistema nervioso y aportar fibra que ayuda tanto a la digestión como a reducir los niveles de colesterol. Aunque los carbohidratos se encuentran en algunos alimentos poco saludables, también abundan en opciones saludables como frutas y leguminosas para alimentar el cerebro y los músculos.
Sin embargo, con algunos alimentos ricos en carbohidratos, los niveles de azúcar en la sangre, también conocidos como glucosa, pueden subir más que el rango ideal. Así ocurren los famosos picos, y si ocurre con frecuencia a lo largo de mucho tiempo, nuestras células dejan de responder a la insulina, la hormona que normalmente les indica a las células que ingieran glucosa para usarla como energía. Este problema, llamado resistencia a la insulina, hace que se acumule azúcar en la sangre, una característica de la diabetes.
Pero al cambiar el orden en el que ingieres los alimentos, es posible consumir carbohidratos y también tener un nivel saludable de azúcar en la sangre.
Cuando comemos verduras primero, su fibra crea un filtro en los intestinos. Una vez que los carbohidratos llegan a la escena, el filtro los ralentiza, de modo que la glucosa ingresa al torrente sanguíneo con mayor lentitud. Se necesita menos insulina para que nuestras células absorban a este ritmo, lo que ejerce menos presión sobre el páncreas.
En un estudio, cuando las personas dejaban el arroz para el final, sus picos de glucosa eran significativamente más bajos que cuando comían arroz antes que la carne y las verduras. Con el tiempo, una glucosa más estable podría ayudar a prevenir enfermedades graves.
Trata de comer verduras al menos 10 minutos antes de comer carbohidratos. No es necesario comer las verduras solas para obtener sus beneficios, puedes combinarlas con proteínas lo que resulta en un 46% de picos de insulina más bajos, según un estudio realizado en personas con prediabetes.
Otro beneficio: sentirse satisfecho durante tres horas después de una comida, porque al empezar con verduras y proteínas suprimen una hormona llamada grelina que provoca el hambre. Como resultado, es posible que consumamos menos calorías.
Comer carbohidratos al final de los alimentos activa otra hormona, GLP-1, que disminuye la velocidad a la que el estómago envía alimentos a los intestinos, de esta manera alivia aún más la carga sobre nuestros sistemas de insulina.
Para obtener mejores resultados, visualiza la mitad de tu plato cubierto de verduras, un 25% de proteínas y un 25% de carbohidratos. De cualquier manera, comenzar con una pequeña porción de verduras ayudará a regular el azúcar en sangre.
Con información de Time