En las recomendaciones saludables sobre qué beber para tener un organismo sano siempre aparece el agua natural y la salud cerebral no es la excepción, ya que el cerebro necesita estar bien hidratado para funcionar adecuadamente.
Sin embargo, además del agua natural hay otras bebidas que ayudan a mejorar la salud cerebral, y quienes no son muy aficionados al agua simple estarán felices de saberlo.
Si bien la mayoría de las bebidas contienen azúcar, edulcorantes artificiales u otros aditivos, hay algunas que resultan ser muy beneficiosas para el cerebro. Aquí hay tres de ellas, recomendadas por la neurociencia.
El agua de coco es un excelente hidratante. De hecho, si haces ejercicio, sería mejor que cambiaras tu bebida isotónica por agua de coco, que es totalmente natural y cumple con la misma función, pues contiene electrolitos libres de azúcar sintético, colorantes artificiales y otros aditivos que se encuentran en las bebidas deportivas comerciales.
El agua de coco también contiene antioxidantes, como la vitamina C, que pueden ayudar a combatir el estrés oxidativo. Además ayuda a reducir los niveles de glucosa en la sangre, la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos no saludables. Lo mejor es que tiene un sabor muy refrescante y te da un impulso de sabor sin azúcar ni edulcorantes artificiales.
Además de ser aromáticos, deliciosos y reconfortantes, los tés aportan increíbles beneficios para tu cerebro. Variedades como el té verde, negro y oolong (té tradicional chino, con un característico tono azulado) pueden ayudar a reducir y retrasar el deterioro cognitivo hasta en un 50%, según una investigación reciente.
Estas variedades de té contienen galato de epigalocatequina (EGCG), un antioxidante que ayuda a proteger las células del estrés oxidativo, combate la inflamación y produce ondas cerebrales asociadas con la relajación y el estado de alerta. Por ello, contribuyen a prevenir una variedad de afecciones, que incluyen cáncer, enfermedades cardiacas, diabetes, obesidad y trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer.
El té verde, negro, blanco y oolong también contienen L-teanina, un aminoácido que ayuda a relajar el sistema nervioso central. Y aunque no incluyen ni de lejos la cantidad de cafeína que se encuentra en el café, estos tés tienen una pequeña cantidad, que aumenta el estado de alerta y mejora el estado de ánimo.
Otros estudios han demostrado que el té verde puede reducir la ansiedad, estimular la memoria, afinar la atención y mejorar la función y la conectividad del cerebro en general. Beber media taza de té verde al día puede reducir el riesgo de demencia y depresión, al tiempo que reduce la producción corporal de la hormona del estrés cortisol.
Las personas que beben té verde con regularidad pueden reducir su depresión hasta en un 21%, de acuerdo con los estudios; los investigadores dicen que es el equivalente para eliminar el estrés de hacer 2.5 horas de ejercicio por semana.
Los tés de hierbas también juegan un papel protector para el cerebro, pues son capaces de combatir trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer. Para obtener los beneficios óptimos del té evita agregar leche, azúcar o edulcorantes artificiales; bébelo natural.
Por otro lado, el acto de preparar el té puede convertirse en una rutina con un trasfondo meditativo y relajante. Así que procura incluir al menos una taza de té al día para mejorar la función cerebral y, de paso, tener un momento de relajación.
Beber jugo verde todos los días es un excelente hábito para la salud y también beneficia a la función cerebral. El jugo verde es una rica fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes, enzimas y fitoquímicos; además contiene clorofila, el pigmento que le da a las plantas su color verde, que ayuda a desintoxicar y oxigenar la sangre y reduce la inflamación.
El cuerpo absorbe mejor los micronutrientes en el jugo verde que al consumir los vegetales enteros. Esto se debe a que al licuar las verduras se descomponen las paredes celulares y los almidones, lo que permite que los nutrientes se absorban más fácilmente. Además, es mucho más sencillo beber un jugo que comer a mordidas los ingredientes que lleva.
Es importante aclarar que el jugo verde no es un sustituto del consumo de vegetales verdes, sino una buena opción cuando quieras algo sabroso, hidratante y muy saludable.
Se recomienda beber al menos 500 mililitros de jugo verde al día. Para prepararlo puedes agregar cualquier verdura verde, como col rizada, apio, espinaca, acelga, brócoli, gérmen de trigo, perejil, pepino y col.
Además, para darle un toque dulce o diferente puedes combinar con frutas como arándanos, frambuesas, fresas, mango, piña, duraznos, peras o manzanas; sólo asegúrate de que contenga más vegetales verdes que frutas, porque éstas tienen más azúcar y calorías.
Aunque muchas personas preparan el jugo en el extractor, es mejor hacerlo en la licuadora para aprovechar la fibra de los vegetales y frutas. Para que no quede espeso si lo licúas, agrega un vaso de agua.
Lava muy bien todos los ingredientes antes de licuarlos o exprimirlos, y debes beber el jugo en los siguientes 30 minutos después de prepararlo, para evitar la pérdida de nutrientes por exposición al oxígeno.
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