El dolor cumple una función muy importante respecto a nuestro organismo; a través de él el cuerpo le avisa al cerebro que existe un problema, pequeño o grande, que hay que solucionar, es decir, es una alerta. ¿Qué sucedería si coges algo muy caliente, que te quemara la mano, y no te doliera? O una apendicitis o un ataque cardíaco, qué sería de esos problemas si no sintieras dolor. Existen dos tipos de dolor: agudo y crónico. El agudo es de corta duración y desaparece con medicamentos y descanso; el crónico no se sabe cuánto va a durar o si se podrá eliminar y se encuentra relacionado con enfermedades degenerativas como cáncer, diabetes mellitus, artritis reumatoide, etc. Nuestra habilidad para manejar el dolor, la actitud que tenemos ante el mismo, pueden irse debilitando conforme se prolonga. Podemos entonces sentirnos indefensos, vulnerables, angustiados. El dolor es universal, todos los sentimos. Ahora bien, la experiencia del mismo resulta diferente para cada uno de nosotros, ya que depende de qué tanta tolerancia tenga una persona al dolor; a eso se le conoce como umbral del dolor, que se define como la intensidad mínima de un estímulo que despierta la sensación de dolor, es decir, la capacidad que tenemos los seres humanos de soportar la sensación de dolor.

Existen maneras de manejar el dolor. Te damos algunos tips que pueden ayudarte a sobrellevarlo.

1. Disfruta los momentos en que disminuye el dolor

Si tienes una dolencia crónica, habrá momentos en que el dolor ceda o estés libre de dolor. Relájate durante esos momentos. Pasa tiempo con tu familia, haz un viaje corto.

2. Recuerda que puedes enfrentar lo que estás experimentando

Tienes dolor y vives con él, ten siempre eso presente; si sientes pánico en algún momento, recuérdalo. Haz respiraciones profundas, relájate. Tal vez asistir a sesiones con un grupo de autoayuda que padezca tus mismas dolencias no sea mala idea.

3. No te niegues a divertirte

No dejes que tu dolor impida que le dediques tiempo a la diversión. Sal al cine, ve a esa fiesta. Trata de lidiar con ello. Mantener tu cabeza ocupada beneficiará tu salud, y cambiar de contexto modificará tu visión de las cosas.

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4. Rediseña tus planes

Para comenzar, deja de hacer lo que es totalmente prescindible. No le dediques al trabajo más tiempo de lo necesario.

5. Encuentra razones que no tengan que ver contigo mismo, que te hagan sentir mejor

Por ejemplo: ¿Tus hijos están bien? ¡Genial! ¿En tu trabajo las cosas caminan aunque no estés involucrado en ese proyecto? Perfecto. Incluso algún triunfo deportivo de tu país puede ayudarte.

¿Conoces otro modo de sobrellevar el dolor? Coméntanoslo.

Con información de Psychology Today