Está por comenzar el brote de influenza estacional del 2018 y nunca está de más repasar sus síntomas para poder diferenciarla del resfriado común:
No te pierdas: No lo dejes pasar: vacúnate ahora contra la influenza estacional
Durante la temporada de influenza estacional es común que las personas se alarmen si no se sienten capaces de distinguir cuándo se trata de un resfriado y cuándo hay que acudir a Urgencias. Te explicamos todo lo que necesitas saber para estar preparado:
La influenza es un virus distinto al de la gripa. Muchas personas creen que la influenza es una gripa "mal cuidada" o que se complicó. Esto es falso; el virus de la gripa no "evoluciona" en virus de la influenza, son dos distintos y fuera de algunos síntomas no tienen nada en común. El virus de la gripa es inocuo y no requiere un tratamiento para desaparecer. La influenza, por el contrario, debe ser tratada con antivirales.
Existen tres virus de la influenza. Los virus de la influenza que ocasionan más contagios cada año son tres: Influenza A (H1N1), Influenza A (H3N2) e Influenza B. La vacuna contra la influenza te protege contra todos ellos.
La influenza es estacional. Esto significa que el virus brota cada año y alcanza su máximo rango de contagio 2 o 3 semanas después de que inicia el frío. No es posible "erradicar" la influenza, pero sí protegerse mediante la vacunación.
La temporada de vacunación es en noviembre. Las vacunas contra la influenza se aplican en noviembre y te protegen para cuando venga el brote entre enero y febrero. Procura vacunarte a tiempo y evitarás angustias durante el brote.
La fiebre no siempre significa infección. Cuando existe fiebre alta, muchas personas creen que tienen una infección bacteriana y se automedican con antibióticos. Esto es muy peligroso y puede ocasionar consecuencias muy graves para tu salud. Si presentas fiebre, acude de inmediato a un profesional para que descarte la posibilidad de influenza y te dé un tratamiento adecuado.
La influenza se contagia por contacto de las mucosas (ojos, nariz, boca) con el virus. Por eso es muy importante lavarnos las manos con frecuencia y no tocarnos la cara cuando estamos en lugares públicos.
El cubrebocas no evita el contagio. Usar un cubrebocas para salir a la calle no evita el contagio del virus, pero sí evita que tú contagies a otros si ya posees la enfermedad. Se recomienda el cubrebocas para que el virus no se propague de personas enfermas a personas sanas, no al revés.
El periodo de incubación del virus es muy corto. Un adulto que padece influenza es capaz de contigiar el virus durante 7 días. Después del momento de contagio, se espera que los primeros síntomas aparezcan en los 3 días posteriores. A partir de ese momento, la persona contagiada ya puede contagiar a otros. Un periodo de incubación tan corto ocasiona que el virus se propague con mucha rapidez.
La única forma de evitar la influenza es la prevención, no el tratamiento. Lo mejor que podemos hacer en contra de este virus es vacunarnos a tiempo, ya que los tratamientos antivirales no evitan que se produzcan más contagios, mientras que la vacunación sí.
Las personas más vulnerables son los niños y los ancianos, pero... A pesar de que la población más vulnerable al virus son los niños y los ancianos, la mayoría de las muertes se han producido entre la población masculina de entre 30 y 40 años. Se cree que esto se debe a que desestiman los síntomas y no consiguen tratamiento a tiempo.
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