El dolor del cuello es uno de los malestares más comunes, afortunadamente el yoga puede ser una excelente manera de aliviar el dolor.
Hay varias razones por las que esta práctica puede ser beneficiosa para aliviar el dolor. El yoga ayuda a estirar y fortalecer los músculos del cuello. Esto puede ayudar a aliviar la tensión y la rigidez en los músculos. Además, esta práctica ayuda a mejorar la flexibilidad y el equilibrio, con lo que podrás moverte con más facilidad y con menos dolor. Finalmente, el yoga es una forma de meditación consciente. La meditación consciente puede ayudarte a concentrarte en tu respiración y relajar tu mente y cuerpo.
Esta combinación de estiramiento, fortalecimiento, flexibilidad y atención plena hace que el yoga sea un tratamiento ideal para el dolor de cuello. De hecho, muchas personas descubren que ya no necesitan medicamentos ni otros tratamientos una vez que comienzan a practicar yoga regularmente para aliviar su dolor de cuello.
Hay muchas posturas de yoga que pueden ayudar a aliviar el dolor de cuello. Sin embargo, no todas son adecuadas para todos. Por lo tanto, consulte con un médico u otro profesional de la salud antes de intentar cualquiera de estas posturas.
1. Postura del cachorro: La postura del cachorro es excelente para estirar los músculos del cuello y la parte superior de la espalda. Para realizar esta postura, comienza en cuatro puntos con las manos directamente debajo de los hombros y las rodillas directamente debajo de las caderas. Inhala y dobla los dedos de los pies hacia abajo, luego exhala y presiona las caderas hacia arriba y hacia atrás, arqueando la columna. Mantén la cabeza hacia abajo entre los brazos y la posición durante cinco respiraciones.
2. Postura del gato y la vaca: La postura del gato y la vaca es otra excelente forma de estirar los músculos del cuello y la parte superior de la espalda. Para realizar esta postura, comienza en cuatro puntos con las manos directamente debajo de los hombros y las rodillas directamente debajo de las caderas. Inhala mientras arqueas la columna, miras hacia el techo y levantas el pecho. Exhala mientras redondeas la columna, contrae el ombligo y miras hacia el suelo. Repite este movimiento varias veces con cada respiración.
3. Postura del niño: La postura del niño es excelente para relajar los músculos del cuello y los hombros. Para realizarla, comienza en cuatro puntos con las manos directamente debajo de los hombros y las rodillas directamente debajo de las caderas. Siéntate sobre los talones y extiende los brazos hacia adelante para apoyarlos en el suelo. Mantén esta posición durante cinco respiraciones.
4. Postura del puente: La postura del puente es excelente para fortalecer los músculos del cuello y la parte superior de la espalda. Para realizar esta postura, recuéstate boca arriba con los pies apoyados en el suelo y las rodillas dobladas. Coloca las palmas de las manos hacia abajo a los costados. Inhala y levanta el torso y las caderas del suelo, extendiendo la columna. Mantén el pecho elevado y los hombros hacia abajo. Mantén la posición durante cinco respiraciones y luego baja lentamente hasta el suelo.
5. Postura del perro boca abajo: La postura del perro boca abajo es excelente para estirar los músculos del cuello y los hombros. Para realizar esta postura, comienza a gatas con las manos directamente debajo de los hombros y las rodillas directamente debajo de las caderas. Camina con las manos hacia adelante hasta que estén apenas frente a ti. Luego, levántate por la coronilla y empuja las caderas hacia atrás, extendiendo la columna y las piernas. Mantén la cabeza entre los brazos y mantén la posición durante cinco respiraciones.
Estas posturas pueden ayudar a estirar y relajar los músculos del cuello, lo que puede ayudar a aliviar el dolor. También promueven una mejor circulación y un mayor rango de movimiento. Sin embargo, es importante recordar que no todos podrán hacer estas posturas. Si sientes dolor o molestias mientras las practicas, detente de inmediato y consulta con profesionales de la salud. Además, asegúrate de escuchar a tu cuerpo y tomar descansos según sea necesario.
Con información de Illinois Pain & Spine Institute