El consumo de cigarros electrónicos, práctica también conocida como vapear, se ha vuelto muy popular. Se considera como como una alternativa segura a los cigarros tradicionales, pero hace falta más investigación al respecto para entender todos los efectos de esto, pues es claro que hacerlo puede afectar negativamente la salud.
Estos dispositivos funcionan con pilas que calientan un líquido y lo convierten en aerosol para que pueda ser inhalado. El doctor Jon Ebbert, especialista del Centro para Dependencia a la Nicotina de la Clínica Mayo informa que el líquido de los cigarros electrónicos suele contener glicerina vegetal o glicol de propileno como ingrediente principal, además de nicotina, saborizantes y otros aditivos.
Una de las principales preocupaciones es que la mayoría de los cigarros electrónicos contienen nicotina, que es una sustancia sumamente adictiva. Una vez que se crea una dependencia a la nicotina, es difícil dejar de consumirla; intentarlo puede llevar a la aparición de varios síntomas, como ansias, angustia, irritabilidad, agitación, dificultad para concentrarse, depresión, frustración, ira, aumento del apetito, insomnio, estreñimiento o diarrea. Diversos estudios señalan que quienes fuman cigarros electrónicos durante un largo tiempo están expuestos a la misma cantidad de nicotina que aquellos que fuman cigarrillos normales.
La dependencia a la nicotina en los adolescentes y jóvenes es especialmente preocupante porque el cerebro de toda persona menor de 25 años todavía está en desarrollo. La exposición de un cerebro en desarrollo a un fármaco adictivo, como la nicotina, conlleva el potencial de causar daños permanentes a la neuroquímica cerebral, lo que puede perturbar el desarrollo de las conexiones cerebrales que controlan el aprendizaje y la atención. Además, puede volver al cerebro más vulnerable a otros tipos de adicción en el futuro.
Hasta el momento, todavía no se han explorado a cabalidad los posibles efectos a largo plazo de fumar cigarros electrónicos, más allá de la adicción a la nicotina. No obstante, se ha establecido una relación entre esto y varias consecuencias negativas a corto plazo para la salud.
El vapor de algunos cigarros electrónicos contiene ingredientes que pueden ser tóxicos, como níquel, estaño, plomo, benceno y formaldehído. La exposición prolongada a estas sustancias contenidas en el vapor de los cigarrillos electrónicos puede llevar a sufrir lesiones y enfermedades, incluido cáncer, además de afectar la salud reproductiva.
Algunas personas han recurrido a esta alternativa como medio para dejar de fumar. Sin embargo, no se ha demostrado que los cigarrillos electrónicos sean un medio eficaz para dejar de fumar tabaco, a diferencia de las terapias autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para dejar de fumar, como el parche de nicotina.
Los cigarrillos electrónicos no requieren adaptarse constantemente a normas de seguridad, por lo tanto, pueden conducir a graves problemas. En algunos casos explotan, lo cual conlleva los consiguientes daños que incluyen quemaduras por fuego y sustancias químicas, además de lesiones por onda expansiva.
Esta tendencia plantea riesgos de salud, por lo que se recomienda que consideres otra alternativa si lo que buscas es dejar de fumar por completo.