Las mujeres de mediana edad ganan, en promedio, 1 kilo al año. Esto se acelera cuando llegas a la menopausia. El 90% de las mujeres aumentan casi 3 kilos en 1 año después de alcanzar ese hito.
A veces el aumento de peso en la mediana edad se puede atribuir a salir a comer más, a un chardonnay nocturno con la cena u, ocasionalmente, a una tiroides poco activa. Pero la mayoría de las veces, los cambios en dos hormonas clave son los culpables:
Y la mediana edad no es una época zen, con la matrícula universitaria de tus hijos, el envejecimiento de tus padres y posiblemente un gran cambio en la vida, como la muerte de familiares cercanos o el divorcio. A ello, agrega los sofocos menopáusicos, el insomnio y los períodos impredecibles. Todo ese cortisol aumenta tu apetito y antojos de azúcar, lo cual tiene como resultado un incremento del peso y la grasa en la región abdominal.
Esto típicamente comienza entre mediados y finales de los 40 y no cambia el metabolismo, pero sí explica por qué podrías ganar peso. Una caída de estrógeno afecta indirectamente el aumento de peso por una razón importante: tiene un fuerte impacto en la capacidad de dormir bien durante la noche.
La interrupción del sueño es algo peor que los bochornos: incluso las mujeres que no se despiertan con estas olas de calor pueden dar vueltas y vueltas al dormir. Los cambios metabólicos que resultan de un sueño inadecuado son, más que nada, lo que sabotea los esfuerzos de la mediana edad para perder peso. Dormir mal o poco provoca cambios en las hormonas de regulación del peso; la interrupción del sueño hace que la grelina, la hormona del hambre, aumente, y la leptina, la hormona de "dejar de comer", disminuya.
La grelina no sólo incrementa el apetito, sino que hace que se te antojen alimentos ricos en carbohidratos y calorías. El aumento de grelina más la disminución de leptina equivale a un aumento de peso. Además, cuando estás exhausta, la pizza es mucho más atractiva que las verduras al vapor, y el ejercicio es menos tentador que tomar una siesta.
El número mágico es de 7 horas de descanso, pero aproximadamente el 35% de los adultos duermen menos que eso. Un estudio reciente demostró que incluso una noche de pérdida de sueño puede tener un impacto negativo en el metabolismo.
Con información de Prevention