Es un poco paradójico que los antibióticos, que son quizás la invención más importante de la medicina moderna, hoy en día son también uno de sus principales problemas, contribuyendo a numerosas enfermedades debido a su uso excesivo. En realidad, es porque son tan efectivos que actualmente se han convertido en un problema de salud. Cualquier asomo de infección, un antibiótico -casi por precaución-, parece la solución. Al menos esto es el paradigma que hemos instituido.
Hoy en día usamos los antibióticos como dulces y pese a que son pequeñas bombas para nuestras bacterias intestinales, no reparamos demasiado en que son fármacos poderosos. En su libro The Diet Myth, el Dr. Tim Spector, profesor de epidemiología en el Kings College de Londres, aborda esta situación con cifras alarmantes. Descubrimos ahí que en Estados Unidos se recetan 250 millones de antibióticos al año. En Reino Unido, donde es menor el uso, pese a las alarmas por el excesivo uso de los antibióticos en el 2011 se prescribían 40% más que en el 1999 y los médicos indicaban un antibiótico para más del 50% de los pacientes con un resfriado o tos, una manera de asegurarse que una potencial infección no empeorara. Pero los efectos son enormes.
Una encuesta en 12 países, incluyendo México, halló que el 50% de las personas piensan que los antibióticos sirven para tratar el virus de la gripe (los antibióticos sólo tratan infecciones bacteriales). Un reporte de la OMS calificó de "irracional" el uso de antibióticos en México, donde suelen ser recetados de manera poco cauta. Esta desinformación sin duda contribuye a que las personas acepten tomar antibióticos con mayor facilidad.
El problema que puede desatar tomar antibióticos cuando no son necesarios, es que se puede quebrantar el equilibrio interno de nuestro ecosistema intestinal, compuesto por una gran diversidad de bacterias que contribuyen a poner a punta el sistema inmune y generar importantes productos químicos que regulan el estado de ánimo, la cognición, el metabolismo y diversas funciones. Cuando devastamos esta diversidad interna, nuestro cuerpo se puede convertir en un terreno fértil para el dominio de especies de bacterias infecciosas cuyo sobrecrecimiento puede incluso llegar a la muerte. Tal es el caso de la infección de la bacteria Clostridum diffcile, la cual puede intensificarse debido al abuso de antibióticos y la cual en Estados Unidos ha sido asociada a 29 mil muertes cada año. "Casos como estos, al igual que la resistencia a los antibióticos ayudan a recordarnos de las nefastas consecuencias del sobreuso, especialmente cuando esto ocurre por razones triviales", dice Tim Spector.
Este problem se acentúa con la costumbre común a la mayor parte del mundo de dosificar antibióticos a madres antes de una cesárea para evitar el 1 a 3% de posibilidades de una infección post-operación. En 1968 solo 1 de 25 nacimientos acababa en cesárea en Estados Unidos; actualmente 1 de cada 3 bebés nacen por cesárea. En México, el caso es aún más agudo, siendo que, junto con Brasil y Argentina, encabeza la lista mundial de parto por cesárea.
Por si esto fuera poco, el Dr. Martin Blaser ha encontrado una correlación entre la obesidad y la exposición temprana a repetidas tomas de antibióticos. En Estados Unidos hay una notable coincidencia entre los estados más obesos y el índice de uso de antibióticos, siendo California y Oregon los menos obesos y los que menos uso de antibióticos reportan.
Si bien el uso excesivo de antibióticos y sus efectos en la salud intestinal pueden ser corregidos hasta cierto punto por la toma de probióticos y por una dieta rica en alimentos prebióticos, no hay duda que es momento de crear una cultura más consciente y más cauta. Los antibióticos de hecho salvan la vida de millones de persona en el mundo cada año, pero moderación y discriminación en su administración los harían mucho más efectivos todavía.
Con información de:
The Diet Myth, (Tim Spector 2015)
Missing Microbes (Martin Blaser, 2014)