Hoy en día hay una gran cantidad de aceites que prometen aliviar un sinfín de malestares, pero, ¿qué hay detrás de los aceites esenciales? Aquí te lo contamos.

Los aceites esenciales se obtienen a través de la destilación de agua o vapor de la esencia de una planta, proceso con el que se extraen de forma muy concentrada los aceites que están dentro de una planta.

En el cuerpo humano, los aceites esenciales pueden tener interacciones bioquímicas complejas, además de crear distintas reacciones en nuestras hormonas y enzimas. Los aceites más usados comúnmente tienen más de 5 mil compuestos químicos, de los cuales, cada uno se dirige a distintos receptores, por lo que los efectos pueden variar de forma amplia.

Los ingredientes activos que hay en un aceite esencial son capaces de activar interruptores dentro del cuerpo, como la lavanda, que puede estimular los nervios olfatorios en el cerebro, que ralentiza el sistema nervioso central e induce una sensación de calma.

Pero no todos los aceites esenciales van a funcionar de la misma manera; además, es importante tomar en cuenta el modo de aplicación, ya sea tópico, ingiriéndolo a través de una cápsula u oral.

Los métodos de uso de los aceites se pueden consultar fácilmente en internet; sin embargo, hay que ser extremadamente cuidadosos, pues si se aplican de forma incorrecta puede haber intoxicaciones, convulsiones y reacciones adversas en el embarazo.

La mejor forma de disminuir los daños de la aplicación tópica de los aceites es diluirlos con un aceite neutro o un aceite transportador. En cuanto a la ingesta de los aceites, hay que tener cuidado porque algunos se descomponen en el hígado y si llegan a acumularse se vuelven tóxicos para el cuerpo; además pueden provocar náuseas, agruras y vómito.

Sin duda, la aplicación de aceites esenciales más recomendada es la oral; la aromaterapia ha utilizado estos aceites por cientos de años, ya que el sentido del olfato es muy poderoso y es capaz de ejercer influencia sobre las emociones, pensamientos, recuerdos, comportamientos y estados de ánimo.

Si planeas utilizar algún aceite esencial, trata de tomar las precauciones necesarias e investigar cuál es la mejor forma de aplicarlo dependiendo de para qué lo quieres usar. Si tienes síntomas muy fuertes y los aceites no están ayudando, no dejes de consultar a tu médico.

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