Maúllan, juegan con los pies, corren por la habitación en busca de cosas que sólo ellos pueden ver. Y, sin embargo, la presencia de los gatos durante una clase de yoga es extrañamente relajante.
"El yoga se trata de estar en el momento", y los gatos están en el momento "todo el tiempo", dice Amy Apgar, una de las dos instructoras de yoga en Meow Parlour, un refugio para gatos y un café en Nueva York que, al igual que un número creciente de lugares en varios países, ofrece clases de yoga con la compañía de estos felinos.
Las sesiones son por diversión, pero también atraen a nuevas personas que pueden querer adoptar una mascota. Otras clases de yoga inspiradas en animales incluyen "doga" con perros, yoga con cabras y yoga con conejos. Pero el yoga con gatos ha ganado seguidores y popularidad.
En el refugio para gatos Good Mews en Marietta, Georgia, un espacio de mil 600 metros cuadrados con aproximadamente 100 gatos, "los visitantes que repiten son comunes en las clases mensuales de yoga; tenemos espacio para 15 personas", comenta Nancy Riley, trabajadora del refugio.
"Al menos 40 gatos deambularán por la clase de yoga, mientras que otros se sentarán y observarán". Riley cuenta que a veces uno elige a una persona en particular y se queda con ella durante toda la clase mientras que otros van y vienen con todos los asistentes.
Durante la savasana, o postura de descanso final de una clase de yoga, "por lo general, al menos la mitad de las personas tendrán un gato dormido en el pecho; es lo más dulce", dice Riley. Algunos de los asistentes a la clase lo hacen por la convivencia con animales, algo que no siempre es posible en las grandes ciudades. "Un gran alivio del estrés".
La oportunidad que brindan muchos de estos espacios es poder irse a casa con uno de los felinos, que suelen ser gatitos rescatados y sin hogar definitivo pero que en los salones de yoga encuentran paz, como muchos de los practicantes.
"Los gatos son animales de naturaleza tímida y necesitan un espacio tranquilo en el que se sientan seguros para animarse a interactuar con personas desconocidas", explica Aida Iniesta, veterninaria en Cat House de Suara Foundation; "Además, enseñamos a la gente a interactuar correctamente con ellos. De esa forma es más fácil que terminen mostrando interés por un gato de este tipo y los gatos acaben siendo adoptados".
Los gatos siempre se estiran, están centrados en ellos mismos. Los yoguis buscan ese centro en el mat. Unir a ambos es una buena forma de mostrar sus personalidades para lograr que los adopten.
"Los gatos nos conectan directamente con la naturaleza a través de sus instintos y nos enseñan continuamente que vivir con un gato no implica ser su dueño sino ser un compañero de vida", señala Iniesta.
Con información de El País y The New Yorl Times
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