Seguramente has escuchado hablar de los ejercicios de alto y bajo impacto y posiblemente hasta te han recomendado practicar o evitar alguno de ellos, pero ¿sabes en qué consisten y cuáles son las diferencias entre ellos? Aquí te lo explicamos para que sepas cuál actividad es la mejor para ti.
En pocas y sencillas palabras, los ejercicios de bajo impacto son aquellos en los que al menos uno de los pies permanece en contacto con el suelo todo el tiempo, lo cual reduce el impacto de tu peso corporal en las extremidades y no implica golpes excesivos o fuerza en las articulaciones de pies y piernas.
Entre las actividades que se pueden catalogar en este grupo se encuentran: nadar, caminar, subir y bajar escaleras, así como pilates y yoga. Por otro lado, aquí también se suelen colocar los ejercicios llamados “de impacto nulo”, como andar en bicicleta o pedalear en la fija, además de la máquina elíptica, ya que el peso del cuerpo está soportado todo el tiempo por el aparato.
Los ejercicios de bajo y nulo impacto favorecen la elasticidad y la resistencia, y también ayudan a la disminución de peso.
Se recomienda su práctica para quienes se inician en la vida deportiva, para personas de la tercera edad o que padecen obesidad, mujeres embarazadas, así como para las personas que se recuperan de alguna lesión o que tienen problemas articulares y óseos.
Este tipo de entrenamiento implica un fuerte impacto sobre el cuerpo, ya que durante su práctica ambos pies pierden el contacto con el suelo, de modo que todo el peso cae sobre los pies y piernas al momento de la caída. Incluso, al realizar actividades como saltar o correr, se genera una fuerza que triplica el peso del cuerpo en el impacto.
Algunos de los ejercicios que se clasifican como de alto impacto son: correr, saltar la cuerda, tenis, squash y todas las actividades que impliquen saltos.
Los ejercicios de alto impacto favorecen la coordinación física y mental, la fuerza, velocidad y la quema de calorías que ayuda a la reducción de peso.
Este tipo de actividades requieren mayor fuerza, por lo que se recomienda su práctica para quienes ya llevan un estilo de vida activo. Puesto que es frecuente que estos ejercicios provoquen lesiones en el cartílago, rodillas y ligamentos, es importante que realices movimientos de calentamiento antes de practicarlos y estiramientos posteriormente. Además, el uso de calzado apropiado también contribuye a minimizar el riesgo de lesiones.
Por otro lado, si no padeces ninguna condición médica que te impida realizar ejercicios de alto impacto, lo ideal es que en tu rutina combines actividades de ambas modalidades.
Si no estás seguro de poder o no realizar actividades de alto impacto o si al practicarlas sientes alguna molestia, consulta con un profesional para elegir el mejor entrenamiento para ti, y así evitarás posibles lesiones.