Tal vez te consideras una persona con suficiente fuerza de voluntad como para visitar el gimnasio seguido o comer relativamente sano. Pero la verdad es que llega un momento de la vida donde notas que los kilos ya no se desvanecen tan fácilmente como antes. Cuando las preocupaciones, la familia y las obligaciones laborales se interponen en tu camino, puede ser complicado encontrar tiempo y hábitos adecuados para cuidar la línea y, sobre todo, tener un estilo de vida saludable.

Algunos consejos que no fallan:

• Hacer más ejercicio. Puede parecer obvio, pero si crees que hacer media hora de actividad física unas tres veces a la semana es suficiente, nada más lejos de la realidad. Si tu objetivo es ponerte en forma de verdad y generar cambios palpables en tu cuerpo, debes hacer un compromiso más profundo. Si entrenas 6 días a la semana, el deporte se volverá parte de tu rutina cotidiana, como lavarte los dientes. La adrenalina que generas cuando realizas esta cantidad de movimiento se vuelve adictiva. Evidentemente, es recomendable consultar a un entrenador personal antes de empezar. Así evitarás hacer más de lo que tu cuerpo puede o está dispuesto a enfrentar.

• Comer cinco veces al día. Dividir la cantidad de alimentos que consumes normalmente en cinco porciones más pequeñas, en lugar de tres, acelera tu metabolismo y te ayuda a quemar calorías más rápido. Procura no ingerir cosas muy pesadas antes de dormir. En su libro La dieta del metabolismo acelerado, Haylie Pomroy ilustra a los lectores sobre las bondades de utilizar este método. Desde luego, hay que cuidar qué tipo de alimentos incluyes en tu dieta para que funcione. Puedes comer cinco veces al día cosas poco nutritivas y llenas de azúcares refinados o grasas y así, está claro que no llegarás lejos en tu misión.

• Levantar más peso. Si eres de los que piensan que el cardio lo es todo, es momento de ampliar tus horizontes. Agregar pesas a tu rutina te ayudará a alcanzar tus objetivos. Este tipo de entrenamiento también previene la pérdida de tejido óseo.

Sea cual sea la rutina que decidas seguir, siempre será recomendable recurrir a un instructor personal para guiarte. De igual forma, cuando planees tu dieta te puede ser muy útil la asesoría de un nutriólogo. Recuerda que cada cuerpo tiene necesidades y circunstancias distintas.

Con información de Mind Body Green