Nuestras emociones y el resultado que damos con nuestro dinero están directamente relacionados, y la cantidad de dinero que tenemos es proporcional a lo que emocionalmente podemos manejar, aunque no seamos conscientes de ello.
Por ejemplo, la acción de ahorrar o gastar dinero por sí sola no significa nada, es sólo dinero ahorrado o dinero gastado. Lo que nos mueve a la acción es el significado emocional que depositamos en ese dinero. Podrías estar ahorrando por miedo a no tener dinero para un imprevisto o para tu retiro, pero también podría ser que ahorras para realizar algo que te hará muy feliz, como el enganche de tu casa o el viaje de tus sueños. ¿Crees que pase lo mismo con nuestras emociones al momento de generar nuestro dinero?
Piensa en la idea de hacerte millonario. ¿Te genera emociones positivas y es motivo de gran dicha y felicidad?, ¿o de plano sentiste un poco de incomodidad con la idea? ¿Cómo podría ser esto posible? ¿Acaso no sería maravilloso tener mucho dinero? Pues tal parece que para unos sí y para otros podría ser que ¡sí y no!
Por ejemplo, si opera en nosotros la creencia de que “el dinero es la raíz de todos los males”, dudaríamos de la honorabilidad de las personas que tienen mucho dinero, pensaríamos que tendríamos que hacer cosas no muy buenas a cambio de tener dinero, y por otro lado nos provocaría angustia pensar en tenerlo pues algo malo nos podría pasar (que nos robaran o secuestraran).
¿En dónde deja esta creencia a todas las personas que han hecho cosas buenas y producto de eso se han hecho ricos? ¿Esos no nos importan? ¿Realmente importa saber que los demás generan su dinero a través de las vías legales para que nosotros entonces lo podamos generar así también? ¿Tú qué piensas?
Nuestra atención se ha centrado tanto en las cosas malas –y se ha expandido a nivel colectivo– que la creencia de que el dinero es la raíz de todos los males por un lado ha empoderado a ciertas personas para tener dinero a través de vías impropias (y de esto los noticiarios no nos dejarán mentir), mientras que por otro lado nos ha limitado la posibilidad de generar riqueza por medio de las vías correctas. A nivel subconsciente e inconscientemente, nos hemos alejado de la posibilidad de hacernos millonarios por las vías licitas.
Tenemos que empezar a modificar esta creencia a partir del entendido de que el dinero no tiene la exclusividad de todo lo malo ni todo lo bueno, porque ¡el dinero es neutro! Lo que deciden hacer las personas con su dinero es producto de sus creencias, sus pensamientos y sus emociones. Trabajar en tu propio sistema de creencias es la única manera de relacionarte con tu dinero desde un estado próspero y abundante. La abundancia es un estado del ser; ya vive en ti, sólo tienes que despertar a tu propia grandeza.
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