Cuando llega el momento de elegir la carrera que vas a estudiar se abre ante ti un mundo de posibilidades, y así como hay quienes desde niños han soñado con ejercer una determinada profesión, también están los que no tienen ni la más remota idea de qué van a elegir.
En cualquiera de los dos casos, lo más importante es que decidas por ti mismo, que nadie te imponga a qué vas a dedicarte buena parte de tu vida. Por otro lado, debes tener claro cuáles son tus intereses, tu vocación, tus pasiones, tus habilidades y tus perspectivas en cuanto a desarrollo laboral y estilo de vida.
Primero, descubre tus fortalezas y debilidades. Piensa qué temas, actividades o materias se te han facilitado a lo largo de tu vida escolar, pregúntate para qué eres bueno y qué de eso que haces bien es lo que te gusta más.
Esto te encaminará para encontrar tus pasiones, y esto es primordial, porque si en el futuro tu trabajo te apasiona, te estarán pagando por hacer lo que más disfrutas.
Una vez que tienes claro qué es lo que te gusta y para qué eres bueno, considera las oportunidades de desarrollo y crecimiento que tienes en las profesiones que te interesan en el lugar en el que te encuentras, y toma en cuenta si estarías dispuesto a cambiar de lugar de residencia para ejercer tu carrera con éxito.
Toma en cuenta aspectos como el mercado laboral y piensa qué tan importantes son para ti cuestiones como el rango salarial, la flexibilidad de horarios o la posibilidad de trabajar desde casa o por tu cuenta en el área que te interesa. Considera también que hay ocupaciones que cambian drásticamente el estilo de vida, como las relacionadas con la medicina.
Aunque la idea generalizada es que lo ideal es terminar una carrera universitaria, la realidad es que cada persona debe seguir sus intereses. Por supuesto que es importante estudiar y prepararte para lo que sea que quieras hacer, pero no forzosamente debe ser en una universidad.
Así que, si no te atrae alguna licenciatura o ingeniería, pero te encanta la repostería y eres muy bueno para ello, ¿por qué no consideras la opción de volverte un gran repostero? Si no encuentras una carrera universitaria que cumpla con esta expectativa, puedes tomar cursos y diplomados para poner tu propio negocio.