En los últimos años se ha vuelto evidente que el sobreuso de los smartphones se ha convertidoe en un problema global de salud, especialmente entre los niños. Nuestros gadgets son geniales y nos permiten hacer innumerables cosas, algunas de manera muy eficiente, pero tienen el problema de que suelen hacernos que desatendamos el presente -esto es un precio importante que pagamos-.
En respuesta a una problemática que la sociedad en general se está haciendo, empieza a surgir tecnoogía para contrarrestar los problemas de la misma tecnología. Un caso que actualmente está generando mucho interés es el de la compañía Yondr, que fabrica una especie de lockers portátiles para teléfonos. El artículo consiste en una funda de neopreno que tiene una cerradura magnética que se activa en una área designada como de no teléfonos; una vez que se sale de esa área, se desactiva y el usuario puede volver a usar su teléfono. Con esto se releva de la ansiedad de no tener el teléfono y de posibles pérdidas, a la vez que se fomenta la interacción y la atención a lo que sucede en el mundo.
Estas fundas están siendo implementadas en conciertos -aunque en parte por artistas que quieren evitar que se grabe- con gran éxito, puesto que se dice que hacen que el público disfrute más de una experiencia comunitaria, que viva el momento y no vaya sólo por la foto. La otra área en la que se están utilizando con resultados sumamente prometedores es en las escuelas, donde se tienen indicios de que los alumnos no sólo mejoran en su aprendizaje y retención en las clases, sino que socializan más y realizan otro tipo de actividades. Sin duda empezarán a brotar nuevas áreas donde pueden usarse con provecho.
Existen algunas criticas al mecanismo de Yondr, pues de alguna manera es una imposición. Algunas personas creen que se debe buscar que se implementen áreas de no teléfonos, pero se debe fomentar el autocontrol de las personas.