Probablemente no usarías la misma ropa día tras día sin echarla a la lavadora, al igual que no comerías con el mismo tenedor sin lavarlo. Pero la mayoría de la gente probablemente no pueda decir lo mismo de sus auriculares.
Hoy más que nunca debes mantener una limpieza óptima en todo tu hogar y en todas esas cosas que tocas y utilizas diariamente. Y uno de los objetos que seguramente se ha vuelto tu fiel aliado durante el confinamiento por la pandemia son los audífonos.
Pero, ¿sabías que pueden estar llenos de gérmenes y otras cosas desagradables?
Cuando deseas escuchar algo o hacer una llamada, usualmente introduces los auriculares en tus oídos sin pensar en si se encuentran limpios o sucios, lo que podría llenarlos de cerilla y polvo, que eventualmente volverás a colocar dentro de tus oídos.
O, por ejemplo, cuando te encuentras en la calle y tocas botones de elevador, puertas, ventanas, superficies y después sacas del bolsillo tus audífonos y los colocas en tus orejas, metes en ellas los gérmenes que tomaste de todas esas superficies con las que tus manos estuvieron en contacto.
Para evitar introducir a tus oídos cosas que no querrías que estén en ellos, a continuación encontrarás consejos y trucos sobre cómo limpiar tus audífonos, ya sean alámbricos o inalámbricos. Sólo ten cuidado de evitar que entre líquido en cualquiera de sus aberturas, pues aunque muchos ya son contra sudor o lluvia, la mayoría siguen sin contar con esta resistencia al agua y la humedad.
Los expertos en tecnología sugieren usar un paño seco, suave y sin pelusa para limpiar tus audifonos. Para limpiar las mallas del micrófono y el altavoz, que es probablemente donde se acumula la mayor parte de la cerilla, utiliza un hisopo de algodón seco, pero eso sí, jamás uses objetos cortantes o abrasivos si no quieres arruinar tus auriculares.
Si tus audífonos son inalámbricos y están manchados, debes limpiarlos con un paño húmedo y secarlos con otro trapo que no suelte pelusa. El mejor paño para limpiar los audífonos es uno de microfibra (los que se usan para limpiar los lentes), ya que no suelta pelusa ni raya los objetos. Y lo mejor será que no los guardes en su estuche hasta que estén completamente secos.
Para limpiar el estuche es necesario que mojes con un poco de alcohol isotópico un paño y lo pases por toda su parte exterior con mucho cuidado. El alcohol no debe entrar en contacto con el área donde se cargan los audífonos, pues esto podría descomponerlo.
Si tus audífonos cuentan con cable, lo mejor será pasar un paño humedecido en agua por todo el cable de arriba hacia abajo. Es importante que te asegures de que el cable de los audífonos no esté roto o “pelado”, ya que si entra en contacto con el agua podría descomponerse.
Si tienes toallitas húmedas, la tarea se volverá mucho más sencilla, pues tienen el nivel perfecto de agua y alcohol para limpiar el cable de los audífonos sin dañarlos. Si no tienes toallitas, una vez que hayas pasado el paño con agua será tiempo de pasarlo otra vez, pero ahora humedecido en alcohol.
Para quitar el polvo, puedes comprar un cepillo dental económico o un cepillito que te ayude a sacudir las áreas de difícil alcance.
Para limpiar estos audífonos, los pasos son muy parecidos, sólo que en mayor proporción. Puedes pasar un paño humedecido en un poco de alcohol isotópico por toda la parte de la diadema, para quitar polvo y suciedad.
Como la parte de los audífonos que va en los oídos está hecha en su mayoría por un material acolchonado, lo mejor será pasar un paño seco y así retirar el polvo que pueda haber encima o en las mallas. Para limpiar el cable, es el mismo paso del punto anterior.
Y tú, ¿con qué tanta frecuencia limpias tus audífonos?
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