Vivimos como podemos, como aprendemos a base de prueba y error. Desde temprana edad asistimos al colegio; nuestra sociedad se caracteriza por delegar en otros la enseñanza, que consiste básicamente en llenarnos la cabeza con datos. Pero nunca recibimos un entrenamiento para ser personas, para vivir, para saber discernir. Error: vivimos con desorden, en el desorden, en el magistral caos. También vivimos con lo superfluo; acumulamos cosas, acumulamos emociones, acumulamos frustraciones, siempre acumulamos y nos llenamos el camino de piedritas que nos impiden avanzar, vivimos pesados.
Dicen que Hideko Yamashita tuvo una revelación al visitar un templo y que de esa revelación surgió el DAN-SHA-RI. DAN significa cerrar el paso a cosas innecesarias que tratan de entrar en nuestra vida; SHA supone tirar los trastos que inundan nuestras casas. El resultado de estos dos actos es el RI, un “yo” despegado de las cosas que vive, en un espacio sin restricciones, en un ambiente relajado. Desde aquella revelación, Yamashita se dedica a impartir seminarios y charlas sobre este novedoso método que ha sido bien recibido y ha tenido bastante éxito. Yamashita propone cambiar la relación del individuo con las cosas, matizar el desapego y dejar de tratar a los objetos con tanta importancia. Ordenar y clasificar consiste en deshacerse de lo que no necesitamos.
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Yamashita maneja una propuesta minimalista, meditabunda. En su libro, expone una filosofía de vida basada en la sencillez material y la profundidad espiritual. Dice que hay que buscar la felicidad de adentro hacia afuera: "Dan-sha-ri es conocerse a uno mismo a través del orden, a través de las cosas, gracias una técnica que facilita la vida después de acabar con el caos de nuestro corazón". Cuando se ordena, se toma conciencia del mundo que nos rodea: "comenzamos a entendernos mejor a nosotros mismos, y se crea un estado que yo llamo de buen humor". Y es que el ambiente puede ser determinante cuando se trata de actitudes. Yamashita insiste en que el proceso para redefinirse no puede comenzar en otro sitio más que en los cajones. ¿Quién no ha tenido, en algún momento de su vida, un “cajón de desastre” donde olvidar (conscientemente) lo que al final nos resulta innecesario? Esa falta de utilidad es precisamente lo que combate el “Dan-sha-ri” (como dato adicional, el origen de éste está muy ligado al yoga). A lo mejor este texto, y las palabras de Yamashita, podrían ayudarte un poco a ubicarte en medio del desastre. En ese sentido, este libro podría revolucionar tu vida.
Con información de Dan-sha-ri: ordena tu vida