Muchas personas dicen que el punto de todo en esta vida es ser felices, pero ¿qué hay de tener una meta y hacer todo lo posible para cumplirla? Claro, todas las personas tienen que buscar la felicidad en la medida de lo posible, pero es importante saber que no todo es blanco o negro; debe existir cierto equilibrio entre las dos cosas.
Jordan Peterson, psicólogo canadiense, dice que no puede existir un orden sin el caos, algo así como el yin y el yang. En la vida hay que luchar por las cosas, y el sufrimiento y el caos siempre serán parte de ella. Lo importante es saber qué hacer con eso e impulsar las metas sin temor a nada.
El método japonés del ikigai se refiere justamente a eso, a la razón por la que te despiertas todos los días y sales de tu cama. ¿Cuál es tu propósito? Puedes tardar días o años en descubrirlo, e incluso cambiar de propósito a lo largo del tiempo, pero el punto central es que lo tengas claro y hagas lo posible para llegar a ello.
Puede que muchas personas se sientan frustradas por su trabajo o porque “no hacen lo que les gusta”. El sentido del ikigai es que encuentres un equilibrio entre tu vida espiritual y profesional, lo que realmente amas y por lo que te pagan. Si tienes un trabajo en donde haces lo que amas y aparte te pagan, entonces puedes sentirte afortunado. En estos días, no muchas personas pueden hacer lo que realmente aman y recibir un salario por ello.
También existe la idea de que tener un buen ingreso lo es todo, pero, si bien el dinero es necesario para algunas cosas, lo más importante es la familia, los amigos, las cosas que te hacen sonreír, y poder encontrar un balance entre todo esto.
Lo imprescindible para encontrar tu ikigai es pensar en las siguientes cuatro cosas: qué es lo que te gusta, para qué eres bueno, por qué te pueden pagar y qué necesita el mundo. Todo esto se pone en un diagrama de Venn, y se considera que la intersección de estas cuatro cosas es tu propósito real en la vida.
Si bien este es un método milenario, en años recientes muchas personas de Occidente comenzaron a tener más curiosidad por esto y se han escrito muchos libros acerca de qué es y cómo encontrar tu ikigai. Ken Mogi es un autor que escribió acerca de esto en su libro Awakening Your Ikigai: How the Japanese Wake Up to Joy and Purpose Every Day. Ahí detalló los cinco pilares importantes para hallar ese porqué.
Por supuesto, cuando comienzas a pensar en todas las cosas que te gustan, disgustan, por lo que te pagan, etcétera, saldrá una lista enorme, y puede que te sientas abrumado. Es importante que te tomes las cosas con calma, medites sobre lo que estás pensando y realmente seas honesto contigo mismo.
Cuando aceptas quién eres como persona es cuando realmente puedes ser honesto con lo que quieres y también con lo que esperas del mundo. Esto es una parte importante para encontrar tu propósito; entre más sincero seas, todo será más claro.
Aunque el actual es un mundo interconectado, en el que te mantienes en constante comunicación con amigos o familiares, ya sea a través de redes sociales, servicios de mensajería instantánea, u otro método digital, puede pasar que pocas veces te des cuenta de que todo lo que haces tiene cierto impacto en los demás y podría también tenerlo en el mundo.
Cuando realmente entiendes esto y empiezas a actuar por el bienestar de los demás, el propósito se vuelve más relevante, porque no solamente piensas en ti, sino a gran escala.
El gran estoico Epicteto decía que las mejores cosas no se crean de la nada. Así que es importante que seas paciente ante todo lo que hagas; reconoce que lo más importante es el camino que recorres para llegar a la meta, ya que ahí es donde aprenderás las grandes lecciones. Reconocer todo lo que te rodea y agradecer por ello es lo importante en este pilar.
Cuando vives la vida en el aquí y ahora, realmente puedes ser agradecido con lo que tienes y reconocer todo aquello que es importante para ti. Esto es especialmente significativo cuando quieres hallar tu propósito en la vida, con todos los sentidos bien abiertos para reconocer qué es lo que te mueve.
Y tú, ¿ya lograste descubrir cuál es tu propósito en la vida?