Bienvenida a esta guía de regalos para consentirte en San Valentín. Sigue leyendo sin importar tu estado civil… Lo que aquí te recomendamos aplica igual si tienes pareja, estás en la búsqueda o si has decidido disfrutar de tu soltería. ¿Por qué? Simplemente porque, como dice el comercial, tú lo vales.
100 minutos de soledad
Si te pasas los días atendiendo a todos menos a ti y tu agenda está llena de pendientes familiares y laborales que sientes que son tu responsabilidad, este es el mejor regalo que te puedes dar: tiempo a solas. Sí, suena raro porque generalmente asociamos la felicidad con estar acompañadas, pero apartar una mañana o tarde completas para disfrutar de lo que sea y a tu ritmo puede ser un deleite. Me refiero a actividades sencillas que quizá hace mucho que no disfrutas, como desayunar con calma, darte un baño largo con aromaterapia, leer o ver una peli con una copa de vino.
La relajante levedad del ser
Un buen masaje, de esos que te dejan como si flotaras tras deshacer todas las contracturas y olvidar las tensiones, es un regalo irresistible. Invertir en una experiencia de este tipo es muy buena idea porque además te permite salir de tu rutina para renovar no sólo tu cuerpo físico sino tu ánimo. También puedes ir con amigas y darle, así, un toque divertido.
La metamorfosis
Atreverte a hacer ese cambio de look que desde hace tiempo tienes en la mira; arreglarte las uñas, probar un peinado distinto o usar el vestido que lleva años guardado para una “ocasión especial” parecen acciones superficiales. Y lo son. Pero también tienen un gran poder para hacerte sentir bella y animada. Regálate ese estado emocional y tómate una selfie del momento en que te sientas más auténtica y feliz. Guárdala para que la veas siempre que lo necesites. Es simple y funciona.
Doña Imperfecta
Este se lleva muy bien con el anterior y sé que parecería lo más lejano a un regalo para la autoestima, pero es en verdad poderoso. Haz una lista de tus defectos, escribe todo eso que según tú te aleja de lo que (otra vez según tú) sería una versión perfecta de ti. Tómate todo el tiempo que necesites, es un ejercicio serio de introspección. Sé honesta, nadie más va a leer ese listado. Cuando esté completo, obsérvalo. Todo lo que anotes forma parte de ti, del conjunto que te hace alguien único. La imperfección es humana; pregúntate si lo que está enlistado te molesta y por qué. Si hay algo que al cambiarlo produciría una versión más equilibrada y feliz de ti, vale la pena poner manos a la obra. Si no, es tiempo de honrar esa imperfección. Empezar a sanar en este proceso es un regalo transformador.
Sin orgullo ni prejuicio
“Lo siento”, “Perdón”, “Gracias” y “Te amo” son frases que aprendemos a usar desde pequeñas. Sabemos que son importantes en todas las relaciones… sin embargo, rara vez nos las ofrecemos a nosotras mismas. Esas cuatro ideas son la base de Ho’oponopono, una antigua técnica hawaiana para resolver problemas. Regálatelas, cargadas de intención y significado. No sólo un día, todos.
NAMASTE.