Aunque el "hubiera" no existe, repasar y reflexionar sobre lo vivido es útil para entender mejor nuestras motivaciones y obtener el mayor aprendizaje de cada experiencia. Seguro te ha pasado que, en ese ejercicio, te imaginas mil ideas que podrían haber sido mejores para resolver o enfrentar determinada situación. Es como cuando se te ocurre la respuesta ideal a una pregunta ¡tiempo después de que la respondiste!
Lo mismo aplica cuando aconsejas a otros sobre lo que “deberían” hacer para estar mejor, o al cuestionarte qué habrías hecho tú en su caso. Claro que eso no está mal, simplemente hay que aceptar que casi siempre es más fácil decir que hacer.
El yoga, como muchas otras prácticas filosóficas, nos enseña que el momento presente es el único que tenemos. Ya sé que suena obvio, pero te invito a que lo vuelvas a leer: no hay mayor riqueza que conectar a plenitud con el instante actual. ¿Quién eres y qué quieres, aquí y ahora?
La claridad frente a esas dos interrogantes es la clave para reconocer toda oportunidad, en su justa dimensión e implicación. Para decirlo de forma muy sencilla, imagínate que vas caminando y te encuentras con un paquete que lleva tu nombre marcado. Ya lo viste, ahí está la oportunidad. Lo que sigue es decidir si lo tomas o lo dejas. Si te gusta Star Wars recordarás la escena en la que Yoda le da una lección de profunda trascendencia a Luke al decirle: “Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”.
Traigo esa imagen ahora porque me parece que sintetiza a la perfección lo que quiero transmitirte. En un sentido muy amplio no hay intentos, sólo elecciones. La paz mental se vuelve realidad cuando sabes que te has apropiado de cada oportunidad que reconociste como tuya, como un espacio de desarrollo a nivel físico, mental y espiritual que has percibido que te mereces. Reconocer una oportunidad es apenas el primer paso, lo que sigue es elegir qué harás con ella y liberarte así de la tensión del "hubiera", de esos nudos que te atan al pasado y bloquean tu avance natural y fluido hacia el futuro desde la plena conciencia del presente.
NAMASTE.