Hace poco asistí a un masaje con jade caliente que imparte la sanadora espiritual Mena Calvert (si quieres conocer sobre esta experiencia, puedes leer aquí). Luego de su positivo resultado y de varios días de relajación corporal y mental, decidí probar la sesión de sanación que ofrece en el mismo lugar.
Aunque el impacto inmediato en mi tranquilidad fue ligeramente menor (o tal vez fue menos explícito) al de la primera sesión a la que asistí, esta experiencia me introdujo a una serie de pensamientos sobre mis propios vínculos sociales y personales. Luego de varios días de reflexión, quiero contar mi experiencia. Para esto –y siendo que la sesión de sanación de Mena Calvert combina muchos objetos y ejercicios que trabajan en conjunto– contaré sobre cada elemento que participa durante una sesión, pues todos tienen una intención específica y son imprescindibles para la correcta elevación del espíritu.
Limpieza espiritual
Desde hace tiempo asisto a terapia con una psicóloga experta en chakras. Ella me ha comentado en repetidas ocasiones que las personas podemos cargar con energías que no nos pertenecen e incluso pueden dañar nuestra estabilidad. Y sí, lo dice porque sospecha que en algún encuentro (quizá sexual, quizá por el uso de sustancias psicoactivas) algún espíritu maligno pudo entrar en mí. Parece extraño, pero consideré importante mencionarle a Mena este hecho, pues en mi descarrilada imaginación, ella podría enfrentarse al anticristo en plena sesión y quería prepararla. Creo que exageré, porque no hubo intervención de ninguna fuerza maligna durante la limpieza, pero es pertinente comenzar con esta anécdota pues la sesión se intencionó desde un inicio para purificar mi espíritu y alejar a cualquier fuerza que no me perteneciera.
Chakras alineados
Durante la sesión nuestra atención estaba en la limpieza espiritual mediante mantras, aromaterapia y meditaciones dirigidas. Pero al mismo tiempo, Mena fue alineando mis chakras. En cada punto del cuerpo donde se encuentran estos siete centros energéticos, Mena realizaba movimientos y respiraciones específicas que le permitían equilibrar la energía de todo mi cuerpo. Fue muy curioso prestar atención a las sensaciones que tuve en cada punto energético, pues dependiendo de la zona donde Mena estuviera trabajando, mis visiones y pensamientos tenían cierta dirección. Profundizar en este punto puede ser complicado, pues todo lo que recordé tiene una connotación sumamente personal, sin embargo, quiero dar un ejemplo: mientras Mena se centraba en limpiar y proteger mi chakra segundo (del cual depende nuestra identidad emocional y sexual), recordé con toda lucidez el cuerpo de mi exnovio. La imagen fue efímera, pero me quedó claro el mensaje: debía cortar ese lazo si quería equilibrar la energía de mi chakra swadhisthana. Como ese, varios momentos de mi infancia y del presente recorrieron mi mente para dejarme saber qué aspectos debía trabajar si quería mejorar mi bienestar personal. De hecho, al terminar la sesión hablé con Mena sobre lo sucedido, y ella me confesó haber visto lo mismo. También me contó que antes de iniciar la sesión, es importante que el sanador espiritual escuche las necesidades de la persona que va a limpiar y esto se hace al entrar en contacto físico con su cabeza para pedirle permiso para trabajar con su alma; así que ella ya sospechaba lo que se podía encontrar. (¡Menos mal que el cuento del espíritu maligno resultó ser falso!)
Piedras protectoras
Durante la alineación, en la ubicación de cada chakra Mena colocó una piedra distinta para proteger y purificar la energía de cada zona. Las piedras tienen la capacidad de detectar nuestras frecuencias energéticas e introducirse en nuestro cuerpo para erradicar las vibraciones negativas y potenciar las positivas. Además, las piedras y los cristales ayudan a limpiar el aura, sanar las emociones negativas, equilibrar los centros energéticos y fomentar el amor.
En el caso de la sesión de sanación, la mayoría de las piedras que Mena colocó sobre mi cuerpo eran de color verde. Esto porque las piedras verdes son las sanadoras por naturaleza: absorben la negatividad, estimulan la visión y proporcionan paz y tranquilidad. También se puede trabajar con piedras cuyo color corresponda al chakra donde se están colocando.
Te recomendamos: Identifica el estado de tu energía. Primer chakra: muladhara
Plumas sagradas
La sesión de sanación es un paquete completo. Para potenciar la limpieza espiritual, Mena utilizó plumas sagradas. Aquí es bueno aclarar que el uso de objetos materiales en sesiones de sanación no siempre se hace por la carga energética del objeto mismo (aunque en ciertos casos sí es así y se cargan en ceremonias específicas), sino como un recordatorio de la energía con la cual estamos sintonizados. La plumas son un medio a través del cual damos forma a nuestra intención y energía específica; además, la forma de las plumas permite limpiar y peinar las fibras del aura. Por cierto, al finalizar la sesión, Mena Calvert observa tu aura y determina el estado de tu energía luego de su purificación.
La sesión de sanación con Mena Calvert combina todos los elementos antes mencionados para conseguir un equilibrio general del cuerpo y la mente, lo cual resulta en una elevación del espíritu y una tranquilidad real. Una vez más, al salir de aquel departamento en la colonia Nochebuena, mi cuerpo se sentía ligero y cómodo, al mismo tiempo que mi mente se encontraba en un placentero estado de calma y silencio.
Quizá desconocemos en el día a día la importancia de mantener un equilibrio energético entre nuestros chakras o de limpiar nuestras frecuencias energéticas del contacto con otras personas o situaciones de estrés. Sin embargo, todos necesitamos aliviar nuestro cuerpo y mente de vez en cuando y la sesión de sanación es una excelente oportunidad para hacerlo.