Cada día, más personas se suman a la búsqueda de la paz interior y al cambio de los valores pasados en los que el consumismo, el éxito profesional, la competencia y otras distracciones mantenían la mente en otro lado. Pero desear la paz interior es sólo el primer paso. La paz interior duradera requiere un viaje de introspección, que puedes lograr al seguir las siguientes cuatro recomendaciones.
Por medio de la meditación, puedes alcanzar el primer punto. Con el simple hecho de ver hacia adentro y trascender la constante actividad de la mente experimentarás una región más profunda de conciencia, llamada "zona de la paz". Aquí, el silencio y la quietud se convierten en experiencias verdaderas.
Cuando la situación que vives implica un estado de intranquilidad caracterizado por estrés, obstáculos, resistencia, impulsos del ego y emociones negativas, es necesario regresar al lugar que te da paz y tranquilidad.
En la tradición del yoga, la cualidad de la no violencia total es ahimsa, y su significado implica un estado libre de enojo, ansiedad, envidia y resentimiento. No es posible estar en paz mientras luchas con inseguridades y emociones negativas; por eso es tan importante el tercer reto: alejarse de la violencia.
Este punto es esencial, porque no puedes pelear contra la intranquilidad para alcanzar la paz. El resultado de esta lucha sólo hará que tu enojo, resentimiento o envidia se oculten profundamente. La liberación llega cuando te desplazas lejos del ego, la inseguridad y las emociones negativas.
Durante la meditación, encuentras a un ser completamente nuevo que no necesita la intranquilidad. Tu naturaleza será pacífica y comenzarás a asimilarlo. Al meditar, todo lo negativo se debilita poco a poco. No tengas miedo si debes renunciar a algunas cosas, pues a cambio tendrás verdad, amor, belleza, evolución, creatividad y paz.
Todos los días debes tomar decisiones para seguir la silenciosa voz del verdadero ser y no las voces que están a tu alrededor y en tu interior. El silencio puede coexistir con la mente pensante.
La paz no te hace pasivo ni aburrido. De hecho, se trata de lo contrario. Una vez que dejas de desperdiciar energía en el enojo, el resentimiento, la inseguridad y los otros pesares del ego, hay más energía para el amor, el crecimiento interior y la creatividad.
Ahora ya puedes comprender por qué alcanzar la paz interior se ha considerado algo tan deseable a través de los siglos. La zona de paz sí existe y si la quieres en tu vida, el camino siempre está abierto.
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