En el mundo de la espiritualidad y la metafísica se cree que la energía de la luna nueva ayuda en la generación de nuevos propósitos e intenciones para lo que se desea crear en la vida, mientras que la energía alrededor de la luna llena ayuda a soltar y dejar ir lo que ya no aporta ni sirve.
Por ello, puedes aprovechar la presencia de la Luna en el cielo para cargar tus intenciones con su energía y así potenciarlas. Una forma de hacerlo es al realizar una meditación el día que ocurre alguna de las mencionadas fases lunares, según lo que necesites en un determinado momento de tu vida.
A continuación puedes encontrar una meditación que se puede hacer en una noche de luna llena como la de hoy, para ayudarte a liberar los problemas y soltar todo aquello que ya no es sano ni útil en tu vida.
Para empezar, debes reconocer, aceptar y hacer consciente un problema que actualmente te causa incomodidad, malestar mental y emocional. Es necesario sentirlo para curarlo y liberarlo.
Una vez que lo hayas identificado y lo tengas bien consciente, reflexiona durante algunos minutos y fíjate en qué parte de tu cuerpo sientes sensaciones incómodas producidas por ese problema.
Después, entra en un diálogo silencioso con el dolor o la incomodidad que has identificado. Reconócelo y dale toda tu atención. Pregúntale si tiene algún mensaje para ti. ¿De dónde viene? ¿Qué quiere que sepas?
Haz estas preguntas, pero no te esfuerces por responderlas. Si llegan a tu mente pensamientos que pueden ser respuestas, simplemente confía y acéptalos. Si no llega nada, también está bien.
Luego, lleva tu atención a la corona de tu cabeza e imagina una luz brillante sobre ti. La fuente del amor y la vida permite que esa luz se derrame a través de ti, mientras imaginas que con cada inhalación respiras amor puro.
Y con cada exhalación dejas salir todo lo que ya no te sirve, liberas esos problemas que te atormentan y las sensaciones que causan en tu cuerpo, mente y espíritu. Cada respiración te ayuda a liberarte un poco más, hasta que por fin logras soltar, perdonar y dejar ir.
Respira durante un par de minutos, o un poco más si lo consideras necesario. Cuando te sientas completo y liberado, vuelve a centrar tu atención en el momento presente y abre lentamente los ojos. Para terminar, agradece a la Luna por su compañía en esta meditación, así como a cualquier poder superior en el que creas (Dios, el universo, alguna deidad o ángel, etcétera).
Conoce más sobre la energía de las distintas fases de la Luna en este video: