Scott Carney es un periodista que se ha distinguido por experimentar en carne propia situaciones de alto riesgo con tal de obtener un reportaje que valga la pena para sus lectores. Por ejemplo, se ha involucrado con la mafia en la India o con rescatistas de montañas, y esta vez escribió sobre un tema que nos resulta particularmente interesante: los baños de hielo y la meditación en la nieve.
Todo comenzó cuando Scott Carney encontró en internet la fotografía de Wim Hof –un alemán que declaraba que era capaz de elevar y bajar la temperatura de su propio cuerpo de manera que podía soportar cualquier clima– sentado en ropa interior en una montaña llena de nieve. Una mezcla entre curiosidad y escepticismo llevó a Carney a intentarlo por sí mismo.
Sólo hizo falta un poco de tiempo y un entrenamiento descrito por el mismo Wim Hof para que Carney fuera capaz de pasar un tiempo en condiciones extremas cuidando su respiración y su mente.
La recomendación de Carney después de esta experiencia es que las personas somos capaces de soportar temperaturas de frío extremo si activamos nuestro “fuego interno”, que en términos biológicos se refiere a la vasoconstricción necesaria para que nuestro cuerpo comprenda de lo que es capaz en situaciones extremas. Es decir, invitar al cuerpo a explorar sus propios límites, pero sin perder la compasión.
Más allá de los mecanismos biológicos mediante los cuales el cuerpo logra sobrevivir, el poder de la mente y la fuerza espiritual son importantes complementos al momento de soportar condiciones extremas. El ejemplo de Scott Carney nos recuerda que las posibilidades del ser humano son infinitas, mientras sepamos escuchar y cuidar a nuestro cuerpo.
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