Las tradiciones y filosofías hindúes y budistas incluyen en sus prácticas una gran variedad de elementos simbólicos, cargados de significados divinos y energéticos. Entre ellos se encuentran los yantras, que son representaciones geométricas complejas de niveles y energías, tanto del cosmos (personalizadas bajo la forma de las deidades) como del cuerpo humano (concebido como una réplica microcósmica del macrocosmos).
La palabra yantra proviene del prefijo sánscrito yam, que significa “concebir” o “concepción mental”. Cada yantra está formado por figuras geométricas: cuadrados, círculos y triángulos, además de pétalos de loto y un centro raíz. En su diseño se consideran números con poder para la numerología y la astrología hindú y colores, entre los que destacan: blanco, anaranjado, rojo y azul.
Los yantras son instrumentos que se usan en las ceremonias hindúes, donde se consideran como el “cuerpo” de la deidad a la que representan. Se dibujan en papel, madera o tela; también se graban en metal o en otros materiales, e incluso se diseñan en tres dimensiones en barro, arena o metal.
Aunque pueden utilizarse como talismanes o amuletos, su uso principal es el de instrumentos para la meditación, ya que favorecen la calma y la concentración y promueven el bienestar físico, mental y espiritual.
Durante la meditación, el yantra actúa como punto focal hacia lo absoluto. Está diseñado para elevar la conciencia y acercar a quien medita a un grado superior de espiritualidad.
Esto se consigue gracias a la capacidad de atraer la vista y la atención hacia el centro de la composición, que suele ser perfectamente simétrica. No se trata de observar los detalles del yantra, sino de mantener la mirada en el centro, desde donde se contempla toda la composición en conjunto.
A cada yantra le corresponde un mantra (fonema sagrado) y también se considera al yantra como un recipiente de la energía de dicho mantra. Además, ambos elementos se complementan, ya que armonizan la energía de la persona que medita con la del yantra, que a su vez vibra con la energía infinita del universo. En la meditación, generalmente se usan simultáneamente yantras y mantras.
Existen distintos tipos de yantras y cada uno se dirige a necesidades espirituales específicas, pero el que es considerado el yantra supremo y el más conocido de todos es el Sri Yantra, cuyo nombre alude a la energía de la diosa (Sri), resumida en un esquema complejo de formas consagrado a Shakti.
Además, se trata de la representación geométrica del sonido del OM, y ya que cada yantra tiene su propio mantra, el que corresponde a Sri Yantra es: Om Sri Yantra Purvasinyei Namaha.
Este yantra está compuesto por nueve triángulos yuxtapuestos y colocados de tal forma que originan un total de 43 triángulos pequeños. Cuatro de los nueve primeros triángulos apuntan hacia arriba y representan la energía cósmica masculina (Shiva); los otros cinco apuntan hacia abajo y simbolizan la fuerza femenina (Shakti).
Estos triángulos están rodeados de un loto de ocho pétalos que simboliza al dios Vishnu. El siguiente loto, con 16 pétalos, representa la conquista de la meta deseada y el poder sobre la mente y los sentidos.
Alrededor de este loto se encuentran cuatro líneas concéntricas, que se conectan simbólicamente con los dos lotos. Finalmente, la triple línea que lo rodea designa la analogía entre el universo entero y el cuerpo humano.
Al mirar fijamente hacia el punto central del Sri Yantra durante la meditación, se cree que es posible crear cambios en el cerebro y estimular la glándula pineal, al enfocar la atención en el área del tercer ojo.
La glándula pineal se ubica en el cerebro y se encarga de producir melatonina, una hormona que es derivada de la serotonina y afecta a su vez la modulación de los patrones de sueño en los ritmos circadianos y estacionales.
Para realizar una meditación acompañada por el Sri Yantra, primero se debe colocar dicho yantra a una distancia de aproximadamente 1.5 metros, de modo que su centro quede a la altura de tus ojos, mientras te sientas frente a él en una posición cómoda, con la columna totalmente derecha.
Comienza por inhalar y exhalar lentamente hasta que tu respiración fluya naturalmente. Mantén tus ojos abiertos, con la vista enfocada en el centro del yantra. Luego dirige tu mirada hacia los primeros triángulos que rodean el centro, mientras mantienes una respiración relajada y rítmica.
Después, abre un poco más tu campo de visión hacia el primer círculo que los rodea y hacia los pétalos de la flor de loto, que representan tu entendimiento de la meditación. Luego observa todos los círculos que rodean al resto de las figuras, los cuales representan los ciclos de los ritmos cósmicos. Mantén todo el tiempo el ritmo de tu respiración y deja que tus pensamientos fluyan, no te estanques en ninguno.
Finalmente, observa el cuadrado que se encuentra en el exterior del yantra, el cual representa el mundo material y el interior de la vida, es decir, el paisaje terrenal desde lo externo y también lo material hacia lo interno y lo sagrado.
Al llegar a este punto es cuando debes de cerrar los ojos y mirar el yantra en tu mente, para que su energía te guíe gradualmente hacia adentro. Permanece así el tiempo que consideres necesario, sin dejar de respirar armoniosamente. Incluso puedes escuchar o recitar el mantra que le corresponde a este yantra: Om Sri Yantra Purvasinyei Namaha.
Cuando quieras parar, respira profundamente, mueve los dedos de tus pies y manos, estira un poco todo tu cuerpo y abre tus ojos lentamente.
La finalidad de esta meditación es que logres la concentración en tu conciencia y en tu ser interior, pues te ayuda a encontrar la tranquilidad y la paz interior que requieres.
Con información de Yoga en red y Espacio de geometría sagrada