Un agujero negro envuelve un profundo misterio. Podemos verlo por fuera, pero nunca sabremos lo que se encuentra dentro de él. Durante años se han enviado a éstos mensajes de radio y naves espaciales, pero una vez que entran en el espacio no se sabe nada más de ellos. Entonces, ¿qué sabemos hasta ahora?
El límite de un agujero negro es el horizonte del fenómeno. Es decir, no es una superficie en el sentido estricto pues no tiene una barrera física, pero su límite se puede distinguir porque los objetos que entran no pueden escapar de él. Si un objeto pasa a su alrededor, pero alcanza a evitar la energía de atracción del agujero negro, podrá seguir su movimiento. En cambio, si un objeto es atraído por el agujero, sólo sobrevivirá si se mueve a mayor velocidad que la luz. Lo cual es imposible.
Todo lo que se aproxima al agujero negro puede entrar, pero nunca nada ha salido de él.
Los agujeros negros son completamente indistinguibles. La única propiedad que puede reconocerse es su masa y la velocidad con la que rotan.
Pueden tener su origen en la muerte de alguna estrella o por un colapso gravitacional de grandes cantidades de gas en el origen del universo. Nada se ha podido comprobar.
No sabemos si un agujero negro ha eliminado toda su autobiografía o si la preserva en algún lugar desconocido. En todo caso, si la información que contiene se destruye, estamos ante una excepción a uno de los principios de la física cuántica, y si se mantiene, se requiere una teoría más allá de la relatividad.
El agujero negro más cercano al planeta Tierra se encuentra dentro del sistema V404 Cygni y está a unos 8,000 años luz de distancia. Es decir, muy, muy lejos.
El agujero negro más grande que se encuentra cerca de la Tierra está a 26,000 años luz de distancia. Su tamaño excede por 100,000 veces la masa del Sol.
Los agujeros negros que se han podido identificar es porque han absorbido materia a su alrededor y porque emiten fuertes radiaciones.
Gracias a las observaciones en alta resolución que los astrónomos han realizado recientemente, se pudo medir el gas que circunda de cerca a un agujero negro gigante ubicado en la galaxia M87. Esto revela la presencia de un agujero negro que ayuda a mantener unida a nuestra galaxia.
Conocer los misterios del universo realmente pone en perspectiva nuestra existencia. Sin menospreciar la importancia de cada uno de nosotros para el mundo, debemos recordar que sólo existimos como una parte de esta unidad gigantesca que es el universo. Así podremos actuar con conciencia, pues todo lo que hacemos repercute en el infinito ritmo universal, y también podremos reducir el ruido de nuestro ego, el cual se queda corto cuando se trata de comprender lo infinita que es la vida.
Sigue con La muerte del ego en las experiencias psicodélicas y los ritos místicos
Fuente: Nautilus