Las ceremonias de té datan de hace muchísimos años. Se dice que fue en siglo IX, cuando un monje budista llevó la tradición de China a Japón. De esta manera se comenzó a efectuar la ceremonia de té. No se trata simplemente de hervir agua y poner unos sobres o algunas hierbas, sino que su forma más pura tiene todo un ritual por seguir y cada paso encierra distintos significados. 

El té había sido conocido en China por cientos de años y se tomaba, en muchos casos, con fines medicinales; el té verde, por ejemplo, se bebía con fines religiosos en los monasterios budistas. Con el tiempo, en Japón se convirtió en un símbolo de estatus entre los guerreros; así fue como el ritual comenzó a evolucionar poco a poco. 

La ceremonia tradicional del té tiene cuatro pasos que parten de una filosofía zen y que deben tomarse en cuenta al momento de llevar a cabo dicho rito. Para los nipones, promover los buenos modales es sinónimo de respeto. 

Wa (armonía) 

Para los japoneses, tomar té con alguien representa el equilibrio propio de la naturaleza. Se debe llevar a cabo una interacción positiva y de respeto entre el anfitrión y sus invitados. Este tipo de conexión, de afecto, paz y amabilidad, pone énfasis en la armonía que puedes encontrar en el mundo natural. 

Sei (pureza) 

Este paso tiene como referencia la importancia de tratarte a ti mismo y a los demás con un corazón puro y honesto. Asimismo tiene que ver con la pureza del hogar, del propio ser, y la purificación de negatividades, rencores y malas energías. 

Kei (respeto) 

Cuando hay una reunión para tomar té, no existen jerarquías ni ningún tipo de diferencia entre las personas. En este ritual siempre debe procurarse el respeto para que todo fluya de la mejor manera. Ninguna persona debe imponer su opinión acerca de los demás ni caer en el narcisismo. 

Jaku (tranquilidad) 

Una vez logrados los tres puntos anteriores, el anfitrión alcanzará este estado de tranquilidad. De esta forma podrás aprender que lo que se vive durante el camino del té, es también algo que te ayudará en la vida diaria. 

El respeto y la honestidad han sido para los japoneses valores esenciales dentro de su cultura. Desde hace miles de años se ha procurado siempre que la filosofía zen sea el pilar del comportamiento de la sociedad.