Muchas personas se preguntan por qué no recuerdan sus sueños o si el hecho de no recordarlos significa que no sueñan en absoluto. En realidad, este fenómeno tiene explicaciones interesantes que nos ayudan a entender mejor cómo funcionan nuestros sueños y nuestra memoria.
Soñar es, en esencia, un proceso de pensamiento. Durante el día, tenemos una conversación interna constante con nosotros mismos, y este flujo de pensamiento continúa mientras dormimos. Al entrar en la fase REM del ciclo del sueño, donde ocurren los sueños, el cerebro comienza a pensar nuevamente, pero en forma de símbolos, metáforas y emociones. Esto se debe a que la parte del lóbulo frontal que controla el pensamiento racional y lineal se vuelve inactiva durante el sueño, mientras que la amígdala, que controla las emociones, se activa intensamente.
No recordar los sueños no significa que no sueñes. De hecho, soñamos cada 90 minutos a lo largo de la noche, pero la memoria de los sueños suele desvanecerse en los primeros 90 segundos después de despertar. La norepinefrina, un químico asociado con la memoria, está en su punto más bajo durante la fase REM, lo que dificulta la retención de los sueños.
Para mejorar la capacidad de recordar sueños, se sugiere permanecer en la misma posición en la que te despertaste, ya que mover el cuerpo puede desconectarte del sueño que estabas teniendo. Además, es recomendable dedicar unos minutos en la cama cada mañana para volver al estado de sueño y permitir que el sueño regrese a tu memoria. Escribir o grabar los sueños tan pronto como te despiertes también puede ayudar a recordarlos mejor.
El hecho de no recordar los sueños es un fenómeno común y no significa que no estés soñando. Comprender cómo funcionan nuestros sueños y cómo se procesan en nuestra memoria puede ser una herramienta valiosa para explorar más profundamente nuestro subconsciente y obtener una mayor comprensión de nosotros mismos.