Elegir el tipo de yoga ideal para ti, el que te enamorará de la práctica, requiere información. Por eso hemos creado esta guía del yoga, sobre los estilos que más se practican actualmente. Hasta ahora hemos visto Iyengar, kundalini, y hoy toca el turno a Bikram.
Origen del estilo
Fue diseñado por Yogiraj Bikram Choudhury, un maestro de origen indio que empezó a practicar a los 3 años y ganó popularidad en Estados Unidos, a donde llegó en 1973 por invitación del entonces presidente Nixon. Su propuesta se volvió favorita de estrellas como Madonna y Lady Gaga. Durante los últimos años, la polémica ha rodeado a Bikram: quiso registrar posturas de yoga como suyas, pero un tribunal determinó que las asanas no le pertenecen a nadie y fue declarado culpable de abuso sexual contra algunas alumnas, con lo que perdió su imperio valuado en 75 millones de dólares. Ahora está de regreso en la India y ahí sigue con sus formaciones y cursos.
¿Cómo es una clase?
Las sesiones de Bikram duran 90 minutos y se distinguen porque el salón está a 40 grados. Todas las clases son iguales: se repite la misma secuencia de 26 posturas que incluye dos ejercicios de pranayama o respiración.
En esta clase sudas muchísimo, desde los primeros minutos el calor empieza a hacer su efecto en el cuerpo, así que es básico llevar una toalla pues conforme avanza la clase todo se pone resbaladizo. También necesitarás hidratarte, porque aunque existe el mito de que el cuerpo se deshace de la grasa corporal, en realidad gran parte de lo que pierdes a través del sudor es agua.
Considera que la temperatura puede generar una sensación de ansiedad, porque la respiración se dificulta y también se pueden sentir ligeros mareos en las primeras sesiones. Otro punto a tener en cuenta es la consciencia de tus límites corporales: cuida cuánto le exiges a tus músculos porque, al estar tan calientes por una condición externa, puede suceder que se trabajen excesivamente y después del entrenamiento lleguen las lesiones. Evita también tener enfriamientos; abrígate al salir.
¿Cuáles son sus beneficios?
Favorece la liberación de toxinas a través de la sudoración, estimula la flexibilidad y relaja el cuerpo y la mente. Al ser una secuencia única, permite que la atención se centre en el avance personal: ya sabes lo que sigue, puedes concentrarte en hacerlo cada vez mejor. Promueve el autocontrol y la concentración, además de que ejercita el sistema cardiovascular y activa el metabolismo para acelerar el procesamiento de ácidos grasos.
¿Para quién se recomienda?
Es ideal para quienes buscan una práctica activa y les gusta la estructura. No hay sorpresas porque tu memoria tiene clara la secuencia y, además, las instrucciones de los maestros suelen ser muy específicas y con énfasis en lo anatómico.
También se recomienda si tienes una personalidad perfeccionista, pues la repetición permite que profundices y pulas cada día más tus posturas. De hecho, el enfoque tiene mucho qué ver con esta idea, pues los instructores suelen insistir en que le des mayor intensidad, a veces hasta piden que duela para que sepas que estás trabajando. Tú decides si compartes esa visión.
No es recomendable para quienes tienen afecciones cardíacas, problemas de presión o sensación de claustrofobia, ya que los salones son cerrados y quedas muy cerca de los demás.
¿En dónde practicarlo en la CDMX y ZM?
Séneca 35, col. Polanco
Campeche 285, col. Hipódromo
Tecoyotitla 343, col. Hacienda de Guadalupe
Juan Salvador Agraz 50, segundo piso, col. Lomas de Santa Fe
#Hagamos comunidad: Si tienes o conoces una escuela de Bikram que recomiendes, anota su nombre, dirección y sitio de contacto en la sección de comentarios.
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