Para empezar, debes saber que la transpiración es una función muy importante del organismo, ya que es la que le permite regular la temperatura del cuerpo de forma natural y mantenerla en un promedio de 37 grados, lo cual se considera saludable.

 

La sudoración se genera cuando la temperatura corporal se eleva –ya sea por realizar alguna actividad física que requiere un esfuerzo, porque la temperatura ambiental es elevada o por factores como el miedo, el estrés, el nerviosismo, el pánico o cualquier sobreexcitación en el sistema nervioso– y su función es la de refrescar para mantener la temperatura equilibrada.

 

Aunque se trata de un proceso de lo más normal, el problema viene cuando esa sudoración genera mal olor. Pero, en realidad, el sudor no huele mal, pues está compuesto principalmente de agua y sodio.El olor desagradable se genera cuando el sudor entra en contacto con las bacterias que se encuentran en la piel.

 

En el caso de las axilas, el sudor que se produce ahí contiene también ácidos grasos y proteínas, lo cual hace que el olor de esa zona en específico sea más intenso.

 

¿Cómo combatir el mal olor que causa la transpiración? La principal recomendación es mantener una higiene adecuada mediante el aseo corporal diario, con el cual se eliminan las células muertas y se controla la proliferación de bacterias.  

 

Además, es recomendable eliminar el vello axilar, para reducir la cantidad de bacterias en la zona. Y ayuda si utilizas prendas de telas que permitan que la piel respire, como el algodón y el lino.

 

Por otro lado, es necesario el uso de antitranspirantes y/o desodorantes. Los primeros ayudan a reducir la transpiración y la humedad en la zona donde las bacterias se concentran más, que suele ser las axilas. Por su parte, los desodorantes no reducen la sudoración, pero aminoran u ocultan el olor.

 

¿Desodorante, antitranspirante o una opción orgánica?

Si el exceso de sudor no es un problema para ti y lo que buscas en estos productos es mantener un buen aroma a lo largo del día, el desodorante puede ser tu mejor opción. Ya que no contienen sales de aluminio y, en muchos casos, tampoco alcohol, son opciones más amigables con la piel. 

 

En cambio, si sientes que sudas demasiado , la alternativa para ti son los antitranspirantes, que al bloquear las glándulas sudoríparas de la zona en la que se aplican, evitan o reducen la sudoración, además de que proporcionan un aroma agradable.

 

Los antitranspirantes tienen algunos inconvenientes, ya que las sales de aluminio que contienen pueden ocasionar manchas en la ropa e irritación o resequedad en las pieles más delicadas; mientras que el bloqueo de las glándulas sudoríparas puede hacer que el organismo produzca más sudor para tratar de abrirse paso. 

 

Por esto, a menos que realmente necesites protección antitranspirante, te recomendamos elegir un desodorante, sólo para tener un buen aroma, o bien, uno que combine ambas funciones. Actualmente, la mayoría de los productos disponibles en el mercado las combinan. 

 

Para las personas que presentan demasiada sudoración, la opción para evitar momentos incómodos es el uso de antitransprantes clinical, los cuales tienen un poder de acción más fuerte que los regulares. 

 

Esto se debe a que su fórmula incluye una mayor cantidad de ingredientes activos. Mientras los regulares incluyen del 8% a 19% de ellos, la mayoría de las versiones clinical tienen de 20% a 25%. 

 

Incluso hay algunos antitranspirantes que, por la cantidad mayor de ingredientes activos que contienen, requieren prescripción médica y son la alternativa para las personas diagnosticadas con hiperhidrosis, es decir, sudoración anormalmente excesiva. Para alrededor del 2% de la población, la cantidad de sudor producido es un problema que requiere tratamiento médico.

 

Lo que debes tomar en cuenta es que los antitranspirantes con prescripción son altos en cloruro de aluminio y alcohol, por lo cual pueden irritar la piel si se utilizan en dosis altas, especialmente cuando tu piel ha mostrado ser sensible a los antitranspirantes convencionales.

 

En este punto es importante mencionar que, a lo largo del tiempo, se han manejado diversos rumores sobre los efectos adversos de los desodorantes y antitranspirantes, como el ser factores de riesgo para contraer enfermedades como cáncer de mama y Alzheimer, debido al aluminio que contienen. 

 

Sin embargo, las investigaciones científicas no han encontrado evidencias de que esto sea cierto, así que puedes usarlos normalmente; o bien, para que te quedes más tranquilo, puedes elegir alguna de las alternativas orgánicas y naturales que existen.

 

Si quieres evitar los químicos, las fragancias artificiales y otros ingredientes que pueden ocasionar irritación o resequedad, puedes probar con las alternativas naturales y orgánicas. Éstas son recomendables para quienes tienen piel sensible y para quienes presentan alguna reacción alérgica ante los componentes de los productos comerciales. 

 

Sólo ten en cuenta que no existen los antitranspirantes naturales, sino que estos ingredientes y productos solamente te ayudan a reducir el efecto de la sudoración al eliminar las bacterias que ocasionan el mal olor. Algunos tienen aromas naturales, que ayudan a neutralizar y cubrir los olores.

 

¿Qué tipo de desodorante o antitranspirante elegir?

Los desodorantes y antitranspirantes se comercializan en diferentes presentaciones: barra, roll-on, gel, espray y crema. Checa las diferencias entre ellos y, para elegir el más adecuado para ti, toma en cuenta tus necesidades y las características de tu piel, para evitar que te irrite u ocasione manchas.

 

Barra

Los desodorantes en barra son secos, así que no dejan una sensación de humedad en la piel; resultan muy cómodos de usar y la mejor opción para llevar de viaje porque no hay riesgo de que se derramen. Suelen incluir ingredientes hidratantes que ayudan a evitar la irritación cuando te depilas, y su fragancia tiene una buena duración. 

 

Su punto negativo es que su consistencia hace que se impregnen muy fácilmente en la ropa, lo cual ocasiona manchas en la tela. Sin embargo, manchan mucho menos que los de tipo roll-on cuando no se dejan secar adecuadamente.

 

Te recomendamos preferir esta opción si acostumbras ponerte el desodorante después de depilarte, ya que es la menos agresiva con la piel y te evitará irritaciones. Para evitar que se manche mucho la ropa, aplícate poca cantidad. Si aún así se forman manchas, antes de lavar la ropa prepara una pasta de bicarbonato de sodio con agua y extiéndela en la mancha. Deja que se seque y después lava normalmente.

 

Roll-on o gel

Estos tipos de desodorantes ofrecen una muy fácil aplicación. Su consistencia semilíquida da una sensación de frescura, hace que el aroma se impregne bien en la piel y ayuda a combatir la resequedad. El inconveniente para algunos es justamente que crean humedad, que puede resultar incómoda o tediosa al tener que esperar a que seque antes de vestirse.

 

Existen desodorantes en roll-on transparentes y otros que tienen un color blanco. Muchos de estos últimos se vuelven claros al secarse, pero hay otros que no lo hacen y pueden ocasionar manchas en la ropa que son muy difíciles de quitar, las cuales son más notorias en las prendas blancas, donde la mancha se vuelve amarillenta, y en las negras, donde luce blanquecina. En este sentido, la ventaja del desodorante en gel es que siempre es transparente. 

 

Si eliges esta presentación, asegúrate de no ponerte demasiada cantidad de producto y deja que seque bien antes de vestirte. Esto evita la sensación incómoda de humedad y previene la formación de manchas en tus prendas, en el caso del roll-on. 

 

Espray

Esta presentación ha ganado popularidad debido a la practicidad de su aplicación, a su secado rápido y a la mayor duración de su efecto y fragancia, respecto al resto de las presentaciones. 

 

Si tu piel es sensible, esta no es la mejor opción para ti, ya que puede irritar y causar resequedad. Si quieres probarlo, busca uno que no contenga alcohol, pero si te genera molestias suspende su uso. Y procura no utilizarlo inmediatamente después de depilarte, ya que puede ser irritante.

 

Entre sus inconvenientes están que suele ser más caro que las demás presentaciones y que sus componentes volátiles pueden afectar a las personas que se encuentren a tu alrededor y que sean sensibles a los químicos y los olores fuertes.

 

Si es el que eliges, procura aplicarlo a una distancia aproximada de 15 a 20 centímetros de la piel, para no dañarla, y espera a que seque bien antes de vestirte, así podrás prevenir la aparición de manchas en tu ropa. 

 

Crema

Es la presentación menos difundida. Debido a su consistencia, se aplica como las cremas corporales, de modo que hay que frotar en la zona hasta que se absorba. Es una muy buena opción para las pieles resecas, pues funciona como hidratante y, además de las axilas, puede aplicarse en áreas más extensas, como la nuca, el torso, la espalda y el abdomen.

 

Otra ventaja es la oportunidad de tocar tus axilas y alrededores para detectar cualquier bulto o aparición que pudieran requerir atención médica. 

 

Al igual que los demás productos con textura líquida y cremosa, su inconveniente es que puede impregnarse en la ropa y mancharla si no dejas que se absorba y seque adecuadamente.

 

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