Minino, michino, michi, micho, mizo, miz, morroño, morrongo o simplemente gato, este mamífero doméstico es un ser vivo importante en la vida de millones de seres humanos en todo el mundo. El cariño que se les brinda a los animales de compañía es recíproco, por eso es importante cuidar a los gatitos e informarse sobre los cuidados que puedes brindarles.
Especialistas en salud animal del grupo Amascota de CONAFAB, que buscan impulsar una correcta alimentación en perros y gatos, comparten cuatro populares mitos en torno a la nutrición de tu felino amigo.
El pescado le aporta al gato proteínas magras, un nutriente esencial para su organismo. El pescado azul -atún, sardina, caballa, bonito o cazón- es una excelente vía para obtener ácidos grasos esenciales como el omega 3 que, entre otras virtudes, ayudarán a su salud cardiovascular y a que tenga un pelaje brillante y fuerte.
No obstante, debes tener en cuenta que algunos pescados interfieren en la absorción de las vitaminas del complejo B y no proveen algunas otras muy importantes como la K, nutriente fundamental para la coagulación sanguínea. Por ello, aunque tu michi puede consumir pescado, éste no debe ser la base de su alimentación, pues su nutrición no estaría completa.
El alimento seco de tu mascota adiciona estos nutrientes para proveerle a tu gato los aminoácidos esenciales que requiere. Sus croquetas pueden contener harinas de atún o de algas marinas e incluso algunos añaden aceites de pescado. Siempre revisa la lista de ingredientes del alimento que compras.
Los requerimientos nutricionales de perros y gatos son completamente diferentes y por ello la formulación de sus alimentos no es la misma. Por ejemplo, los gatos necesitan un alimento que sea rico en proteínas y grasas y bajo en fibra. Es crucial para la dieta felina que sus croquetas contengan taurina, aminoácido que el felino no puede producir, por lo cual debe obtenerlo de la comida.
Por otra parte, el alimento para perro debe contener altas concentraciones de betacaroteno, que el animalito necesita para convertirlo en vitamina A, crucial para su correcto desarrollo. También se caracteriza por ser rico en vitaminas, fibra y más bajo en proteínas y grasas que el alimento seco para gatos, puesto que los canes tienden a aumentar de peso con facilidad. Además, el alimento para perros se formula de acuerdo a talla, edad y etapa de vida, entre otros factores.
Si tienes ambos animalitos en casa, no es grave si de repente tu michi ingiere la comida del perro (les encanta); sin embargo, no debes dejar que se vuelva algo habitual, pues sus necesidades nutricionales no estarán satisfechas.
Aunque se cree que los gatos son grandes bebedores de leche, no debería ser así (aunque sí les gusta, les encanta). La lactosa dificulta la digestión y provoca diarrea en algunos felinos y en grandes cantidades puede producir obesidad. Aunque algunos michis pueden tolerar una pequeña dosis de leche, el agua es el mejor líquido que puedes darles.
Los michis tienen fama de “poco bebedores”, pero ello es una mala práctica, pues al no consumir suficiente agua puede aumentar el riesgo de formación de cálculos. Por sus orígenes y hábitos naturales, el gato es una especie que no necesita gran cantidad de este líquido, pero eso no significa que no deba beberlo. Siempre debe tener a su disposición agua limpia y fresca, ya que también ayuda a la regulación de la temperatura corporal.
Para tu felino tiene grandes beneficios beber agua. Al hacerlo se favorece significativamente la circulación, la digestión y la eliminación de desechos. Además, debe consumirla con regularidad para compensar la pérdida de humedad a través de la respiración y la piel. El agua es un elemento fundamental que apoya las funciones fisiológicas de su organismo.
Recuerda que para cualquier otra duda que tengas, la mejor orientación te la dará el médico veterinario. Infórmate correctamente y atiende las necesidades nutricionales de tu mascota para garantizarle una larga y buena calidad de vida.
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