Entregarnos a otro, confiar, ser generosos y compasivos, ¡amar! Estas son algunas de las cualidades asociadas con el cuarto chakra. Su nombre sánscrito es Anahata y está ubicado en el centro del pecho, por eso se dice que es el del corazón. No podemos tocarlo ni verlo, porque es parte de nuestra anatomía energética, pero sí podemos desbloquearlo.
Lo primero es saber con qué trabajamos. El chakra del corazón es color verde esmeralda, se le representa como una flor de 12 pétalos y su sentido es el tacto, no precisamente en su significado tradicional de tocar, sino en una idea más sutil de sentir. Sentirse a uno mismo y a los demás, no desde lo corporal sino desde lo emocional.
Todos los chakras tienen un mantra raíz, el sonido esencial que al ser repetido nos permite entrar en contacto con ellos; para Anahata es “Yam”, que se pronuncia “iam”. ¿Cómo decirlo para que funcione? Recuerda que lo más importante con el trabajo energético es tener clara tu intención, es importante hacer conciencia sobre por qué lo dirás y qué buscas.
Reflexiona sobre qué tanto te cuesta confiar en algo o alguien más: ¿lo haces con demasiada facilidad o no hay prueba que alcance para entregar toda tu confianza? Buscamos equilibrar, por eso es importante revisar ambos extremos y asegurarnos de no caer en ninguno.
Si descubres que confías en cualquiera y desde el primer encuentro, vale la pena preguntarte qué persigues al abrirte con tal facilidad; quizá sea agradar, evitar rechazo o simplemente eres muy buena onda y ese es tu instinto, pero nunca sobra un poquito de reserva. Al final, hablamos de tu bienestar.
Si, por el contrario, detectas que te cuesta demasiado aceptar la compañía o el apoyo de otros, es buena idea que trates de rastrear la raíz de esa desconfianza; tal vez alguna herida, un patrón emocional o miedo a equivocarte.
Con base en el resultado de la introspección previa, define tu intención. Puede ser tan general como confiar más o tan particular que se enfoque en una persona o situación específica.
Con la idea clara de si necesitas contener o liberar la energía de Anahata, empieza tu meditación; piensa en tu intención mientras repites el bija mantra “Yam”. Busca percibir su vibración en tu pecho y visualizar en el centro una luz verde que se amplía o se contrae, según requieras, con cada repetición.
NAMASTE.