¿Cuántas veces has dicho que sí a algo que realmente no quieres hacer? Puede ser que lo hayas hecho para no lastimar a alguien o para “quedar bien”; sin embargo, ese tipo de comportamiento no es tan sano como crees. Aunque puedes evitar conflictos, es posible que dentro de ti comience una batalla interna porque no eres honesto con lo que realmente deseas.
Identificar la asertividad puede ser un poco complicado, y también puedes caer en la agresión y no ser asertivo realmente. Decir lo que de verdad sientes respecto de alguna situación no significa que trates de imponerlo sobre los demás, sino que respetas las diferentes opiniones.
Para ser realmente asertivo, antes que nada necesitas conocerte mucho mejor para que puedas saber qué es lo que quieres, qué no, qué estás dispuesto a hacer por eso y todo lo que implica el autoconocimiento.
Cuando decides ser asertivo, tienes que estar comprometido con ello y no cambiar de opinión de buenas a primeras. La asertividad debe ser practicada en todos los ámbitos de tu vida: escuela/trabajo, familia, amigos, relaciones y hasta contigo mismo.
Comienza con pasos pequeños. Trata de hacerlo poco a poco; de nada sirve que lo hagas de forma impulsiva y tajante, porque puede que no te dure tanto tiempo. No obstante, cuando realizas pasos pequeños, el resultado puede ser mucho más duradero. También comienza a ponerlo en práctica con las personas más cercanas y de confianza que tengas.
Ser asertivo no quiere decir que seas agresivo. Decir que no cuando es necesario no tiene por qué significar que eres grosero ni que lo hagas de mala manera. Tienes que aprender cómo comunicarte con los demás sin faltar al respeto. También es importante que no te sientas culpable al hacerlo, ya que posiblemente te vas a sentir diferente una vez que comiences con estos cambios. Pero hablar las cosas con claridad no te hace ser mala persona.
Aprende a escuchar con atención. Cuando realmente prestas atención a lo que te dicen los demás, puedes tomar decisiones mucho más asertivas. Asimismo, los otros también deben estar dispuestos a escuchar con atención y mostrarte el mismo respeto que tú a ellos.
Debes mantenerte abierto a los halagos y críticas. Así como tu hablarás las cosas claramente, tanto positivas como negativas, debes estar dispuesto a escuchar lo que los demás tienen que decir sin sentirte ofendido o demasiado confiado cuando se trate de halagos.
Aprende a decir que no. Este es el punto más importante que tienes que cultivar. Ser asertivo quiere decir que tienes que aprender a decir que no cuando realmente lo necesitas, a poner límites sanos con las demás personas y no dejar que te afecte el “qué dirán” o cualquier otra cosa.
Todo radica en que primero tienes que conocerte, saber qué es lo que quieres y después poder comunicarlo a los demás. Siempre desde un lugar de respeto y también empatía por los otros. Así como tu sabes que tu opinión es importante, debes tener en cuenta que todos tienen derecho a sus propias formas de pensar.
Te puede interesar: Recupera tu confianza con estas herramientas del yoga