La madrugada de este 31 de enero será excepcional: en el cielo podremos ver un fenómeno que no se había presentado desde 1866.
Se trata de la coincidencia de tres fenómenos energéticamente poderosos: una superluna, fase hasta 14% más brillante; luna azul, que es la segunda luna llena de un mes, y luna de sangre, que ocurre cuando la sombra de la tierra la colorea de un tono rojizo durante el eclipse.
Suena rebuscado. Y lo es. Al igual que una oportunidad extraordinaria para conectar la energía con un evento astronómico que pocos pueden disfrutar a lo largo de su vida. Será visible en América y Asia, pero incluso si por alguna condición atmosférica no pudieras observarlo, su efecto en tu microcosmos es igual de poderoso.
Las lunas llenas son siempre un buen momento para la introspección y en esta ocasión, al coincidir con Leo que es un signo solar, la podemos aprovechar para dotar de fuerza y decisión aquellos aspectos que estén en espera de una definición. De eso se trata la meditación que te propongo:
- Al ser de madrugada, será fácil encontrar un espacio tranquilo y silencioso para meditar.
- Siéntate en una posición cómoda, con las piernas cruzadas y la espalda erguida. Si puedes quedar cerca de una ventana desde donde observes la luna, aún mejor.
- Contémplala durante algunos minutos mientras respiras profundamente por la nariz y, si no puedes verla, cierra tus ojos e imagínala muy brillante.
- Ubica un proyecto, relación, plan o idea que lleve tiempo rondando tu mente pero no se haya podido concretar.
- Pregúntate por qué: quizá no le has dedicado el tiempo necesario, tal vez no le has concedido tu fe o posiblemente ni siquiera le has dado la atención que merece.
- Elige dejar de procastinar al respecto. Piensa y siente qué podrías hacer para iluminar esa aspiración o decisión. Deja que las respuestas fluyan intuitivamente en ti.
- Visualiza la luna llena, cercana, más grande que nunca. Haz lo mismo con tu intención, aquello a lo que le dedicas esta meditación.
- Siente el vigor de la energía del signo solar en ti. Roja, radiante, plena en libertad y elección.
- Quizá tuvieron que pasar más de 150 años para que vivieras este evento. Ya no tiene que pasar más tiempo para que concretes eso que deseas.
- Antes de terminar, junta tus manos al centro del pecho y desde ahí haz una reverencia al proceso que inicias con esta meditación.
¡Que todo lo que buscas se concrete. Que tengas la energía y la fe necesarias para ello!
NAMASTE.