Si te has preguntado qué pasa en tu cerebro cuando lees tu poema favorito, la ciencia puede ofrecerte algunos datos al respecto. Recientemente los avances tecnológicos han permitido a los estudiosos monitorear la actividad cerebral durante sus experimentos, a través de herramientas como la tecnología de imagen por resonancia magnética (IRM). Gradualmente la comunidad científica se ha interesado por indagar el efecto que tiene el arte en las personas, su poder para conmoverlas y la importancia que tiene en nuestra vida.
Un equipo de investigadores de la universidad de Exeter liderado por el profesor Adam Zeman, especializado en neurología de la cognición, ha contribuido al acercamiento entre la ciencia y el arte al estudiar cómo el cerebro responde a la poesía y la prosa. Ellos reclutaron a un grupo de voluntarios y escanearon su actividad cerebral mientras leían diferentes tipos de textos, incluyendo pasajes de novelas, manuales, sonetos sencillos y complejos y sus poemas favoritos.
El estudio reveló que además de activar las regiones del cerebro asociadas a la lectura en general, leer poesía también estimuló las áreas que usualmente se activan en respuesta a la música. Esto puede explicar por qué la poesía y la música exaltan nuestras emociones. Los científicos también descubrieron que cuando los participantes leían alguno de sus poemas favoritos las regiones del cerebro que involucradas con la memoria presentaban una actividad aún más intensa que la de las áreas relacionadas a la lectura. Es posible que leer un poema que nos encanta sea como evocar un recuerdo. Además al momento de comparar sus efectos con los de la prosa encontraron evidencia de que la poesía activa regiones del cerebro asociadas a la introspección tales como el cortex del cíngulo posterior y el lóbulo temporal medial. Esto es de particular importancia porque hasta el momento no se habían realizado estudios específicos que diferenciaran los efectos de la poesía de los de la prosa.
Puede ser que los científicos apenas estén dilucidando qué es lo que sucede con nuestra actividad neuronal, pero el efecto de la poesía en nuestra mente y emociones es innegable. En palabras de Juan José Arreola:
La poesía es la posibilidad de ser real del hombre, su posibilidad de crear.
Pues el mundo poético es un mundo de trascendencia, ya que como el mundo de los sueños nos permite transgredir la lógica lineal que ocupamos cotidianamente. Además el hecho de que la poesía se apoye en el sonido de la manera en que lo hacen la música y el canto, estimulando potentemente nuestras emociones, podría indicar que el lenguaje poético es la única forma de usar las palabras que nos permite trascenderlas. Logrando literalmente dar voz a las intensidades de un mundo emocional que no admite ser restringido por la lógica del lenguaje tradicional.
Quizá la mejor explicación de lo que hace la poesía por nosotros ya la han dado los poetas. En palabras de Pablo Neruda:
Y fue a esa edad... Llegó la poesía
a buscarme. No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran
palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.Yo no sabía qué decir, mi boca
no sabía
nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando
aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura
tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto
el cielo
desgranado
y abierto,
planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada
por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío
constelado,
a semejanza, a imagen
del misterio,
me sentí parte pura
del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.
Con información de Red Orbit .