¿Por qué algunas personas suelen no disfrutar en general? En mi experiencia, disfrutar implica sentir que nos lo merecemos, pero en muchas ocasiones no nos sentimos merecedores de esas cosas o experiencias buenas que surgen; incluso puede sentirse cierta culpa y quizá hasta un pensamiento de que no deberíamos estar en ese preciso momento y sentir eso tan agradable. Es por esto que a veces pensamos o sentimos que no deberíamos disfrutar.
Pero entonces, ¿qué es el disfrute? Disfrutar es una sensación de gozo pleno, sin distracciones. Consiste en estar en el momento presente, sin pensamientos distractores, sólo sentir, sin importar lo que pase alrededor.
Es como cuando comes tu platillo favorito, estás presente ahí y percibes la forma en que luce en tu plato, sientes su textura, su sabor, su aroma... Y al experimentar todo esto, eres capaz de estar en el aquí y en el ahora, sin pensar en nada más, sólo estar presente y vivir esa experiencia. Eso es disfrutar.
Disfrutar no sólo se refiere a una buena comida, sino a muchas cosas más, como una buena plática o un buen encuentro sexual. En fin, es un tema que abarca todas las áreas de la vida, aquello que siempre está presente, pero que pocos llegan a tocar o sentir, e incluso pocos se dan cuenta de que lo hacen. A veces, la falta de la capacidad de disfrutar puede surgir de una gran desconexión con nosotros mismos, ya que eso podría afectar la forma en que se percibe, se siente y se vive el disfrute.
Si quieres saber cómo disfrutar más de todas esas cosas que te gustan y que experimentas en tu día a día, o si quieres conocer los pasos a seguir para hacerte más consciente de lo que es disfrutar y la manera de hacerlo, te dejaré unos tips para que explores y puedas diferenciar si disfrutas o no.
Hazlo con todo y culpa. Puede que la sensación de culpa aparezca cuando notes que te sientes demasiado bien. Por ello, te hago la amable invitación a que, si es así, pares por un momento y te digas que si te sientes tan bien, es porque te lo mereces y te olvides de la culpa.
Analiza qué te impide disfrutar. Pon atención y observa si cuando disfrutas algo llegan a ti pensamientos absurdos, como cuando piensas que deberías hacer otras cosas más “importantes” en vez de perder el tiempo. Por ejemplo: estás en una buena plática con tus amigas, te la pasas muy bien y de repente te acuerdas que tienes que irte porque no has lavado la ropa; entonces, justo ese momento te sacas del disfrute.
Disfrutar puede dar miedo, pero aun así, date la oportunidad de sentirlo. Tal vez mientras disfrutas llegue a ti la sensación de que eso tan agradable se va a terminar pronto, pero te invito a que si aparece este pensamiento, simplemente dejes que esté ahí. Es decir, no intentes no pensar, más bien suéltalo, deja que el pensamiento fluya, llegue y se vaya, y entrégate por completo a lo que te hace disfrutar, para que así puedas estar presente aquí y ahora.
Ve de menos a más. Empieza por las cosas pequeñas: desde disfrutar tu café o un helado, hasta cosas más grandes, como disfrutar de un ascenso en el trabajo.
Pon atención en las cosas que sí disfrutas. Te aseguro que ahí está la clave, porque en esos momentos algo haces muy diferente a lo habitual.
Y lo más importante, ten paciencia. La necesitarás sobre todo para aquello que en determinado momento te cueste hacer.
Toma en cuenta estos puntos y espero que te puedan apoyar para ampliar tu panorama y empezar a disfrutar al máximo de la vida y todo lo que hay en ella.
Hasta pronto.
Texto escrito por Gabriela Avila, de Evolución Terapéutica.
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