¿Alguna vez has sentido que, sin razón aparente, acabas el día agotado, agobiado y sin fuerzas ni energía? Si no realizaste ningún esfuerzo físico o mental como para llegar a ese estado, quizás puede deberse a que te topaste con algún ladrón de energía.
Los ladrones de energía son personas o situaciones tóxicas que atrapan tu atención, a veces sin que te des cuenta, y poco a poco roban tu energía debido a la acción de la vibración negativa que emanan o que provocan en ti.
Existen diversos ladrones de energía y te los puedes encontrar en todos los ámbitos. Estos son algunos de los principales, para que aprendas a reconocerlos y evitarlos.
Es muy probable que conozcas a alguien que no hace más que quejarse siempre, de todo y de todos. Pareciera que vive enojado con la vida y que no hay nada que le complazca. Lo peor: nunca hace nada para solucionar las cosas que le molestan y que son motivo de sus quejas.
Cuando te encuentres con alguien así, que sólo te busca para quejarse, juzgar o criticar a los demás, o contarte todo tipo de historias desastrosas, lo mejor es que pongas distancia con esa persona, porque sólo te toma como depósito para su basura emocional, y eso, tarde o temprano, acaba con tu energía.
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2. Deudas pendientes
Las deudas pendientes son otro factor que te resta energía. Ya sea que tú le debas algo a otra persona, o que alguien te deba a ti, es importante que lo soluciones lo antes posible para quitarte de encima a ese ladrón de energía.
Paga tus deudas a tiempo y cobra a quien te debe, o si no quieres hacerlo, déjalo ir y acepta que eso que prestaste ya no volverá a ti. Tener las cuentas claras y saldadas siempre te dará tranquilidad.
Es un caso similar al de las deudas. Cuando prometes algo y tardas en cumplirlo o no lo haces, ese compromiso roto afecta tu energía y la disminuye.
Por eso, procura cumplir siempre lo que prometes y evita comprometerte a hacer cosas que desde un principio sabes que difícilmente podrás hacer. Si tienes alguna promesa pendiente, haz lo posible por cumplirla; y si no puedes hacerlo, discúlpate y ofrece otra alternativa a cambio.
Pocas cosas te roban más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas viejas o que no necesitas.
Ponte manos a la obra, libérate del apego y empieza a deshacerte de todo aquello que ya no usas, que ya no sirve, que ya no aporta nada a tu vida. Al hacerlo, la energía empezará a fluir de mejor manera.
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Aceptar no significa resignarte, sino estar consciente de que hay cosas que no están en tus manos y que cambiarlas no depende de ti.
La resistencia que ocasiona la falta de aceptación te hace perder una gran cantidad de energía, así que, por tu bienestar emocional, es necesario que asumas que hay cosas que no puedes cambiar.
El rencor es otro gran ladrón de energía. Cuando lo sientes, pierdes tu tranquilidad y tu vida se ve empañada por la amargura. Para evitarlo, aprende a perdonar y deja ir las situaciones que te causan dolor.
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