¿Qué tan a menudo te preguntas si la vida que tienes es la mejor para ti? Antes de continuar, responde: ¿qué tipo de vida es la que quieres?
Una vida tiene muchos episodios que ocurren en varias etapas, ¿cuáles te han gustado más? Piensa si quizá en un pasado no tenías lo que hoy reuniste, pero también cómo estabas emocionalmente, pues probablemente en el pasado estabas lejos del estrés, con tiempo para experimentar, desarrollar y admirar la belleza que hay a tu alrededor.
Entonces, ¿por qué no simplificar la vida de nuevo? La respuesta para una vida más tranquila está justo delante de ti. Puede ser contradictorio, porque te han dicho que debes ser una persona exitosa, que debes querer más y mejores cosas, que te debes apresurar y trabajar duro, más duro cada día.
A veces, muchas personas llegan a conclusiones como esta cuando ya es muy tarde, en muchas ocasiones arriban a ella como parte de una terapia por la crisis emocional o lo piensan mientras esperan su turno en el cardiólogo. Mejor que no te pase. Piensa: ¿es tu vida auténtica? ¿se alinea a quien realmente eres?
Revisa la oportunidad de reducir horas de trabajo o responsabilidades si así lo necesitas. El trabajo puede causarte estrés y no es necesario ni justo. La Organización Mundial de Salud afirma que el estrés laboral afecta negativamente a la salud psicológica y física de los trabajadores, lo que también afecta la eficacia de las empresas para las que trabajan. Esto significa que tampoco es bueno para las empresas y deben revisar este punto tanto por el bienestar del trabajador como la salud empresarial.
Para dar los siguientes pasos es recomendable hacer una lista de tareas para curar tu cuerpo y mente, además de recordar algunos de los sueños más grandes, por inocentes o imposibles que te parezcan. A veces la mente te hace creer varias historias para alimentar una constante preocupación, pero el corazón y el alma se encargarán de aliviarte y alimentar tu autoestima, para descubrir (o recordarte) quién eres y qué es lo que realmente deseas para ti.
No todas las situaciones laborales pueden ser favorables ante este panorama. Por fortuna muchas empresas implementan el home office, porque valoran el bienestar de sus colaboradores, pero si no es tu caso, en algún momento debes priorizar tu salud mental y física. Si hay voluntad, hay una manera, entonces puedes pedir lo que quieres y mereces. Empleos hay muchos, pero vida sólo tienes una y lo que pierdes en términos de salud, no regresa.
Otras prácticas que puedes hacer y que cada día son más necesarias son las siguientes: borra aplicaciones de tu teléfono que te roban tiempo y energía. Adiós redes sociales, adiós correo electrónico. No significa que te desconectes por completo, pero ya no las utilices en tu teléfono. Te aliviará y al final del día habrás ocupado ese tiempo en algo que tenías descuidado, por ejemplo un libro que probablemente tenías guardado, o un rato divertido con tus seres queridos.
En algún momento, estar conectado las 24 horas del día, los 7 días de la semana, parecía inofensivo, pero no es nada sano. Es necesario tener límites. Pero esa desconexión no es todo, también puedes limpiar tu armario, vaciar tus cajones, revisar qué no has usado en el último año y dar oportunidad de que esas cosas las aproveche alguien más.
En la vida sólo necesitas algunas cosas y la mayoría sólo por algunos instantes, porque para vivir bien no las necesitas (libros, ropa, zapatos, etcétera). Ya hay mucho estrés afuera, ¿para qué tener una vida más complicada y llena de cosas innecesarias?
Busca tener la vida que te permita vivir con tranquilidad, con un empleo que te permita pagar las deudas, disfrutar de las cosas que amas y compartir tiempo con las personas que te rodean. Busca tener más tiempo de calidad para ti. Libérate de la presión de tener que ser alguien más, y disfruta más lo que eres.
Concédete la oportunidad de una vida sencilla. No te preocupes por construir un imperio; está bien no querer poseer todas las cosas que te dicen que necesitas para ser feliz. Y definitivamente está bien quedar satisfecho con una vida simple y a un ritmo lento.
Con información de Elephant Journal