Cada uno en este mundo tiene una historia personal, llena de éxitos, fracasos, obstáculos y momentos felices. Tan sólo tómate un par de minutos para mirar hacia atrás en tu vida y reconoce por todo lo que has pasado, lo que superaste, cómo lo hiciste y todo lo que eso te enseñó.
Tal vez pienses que eres la única persona que pasa por todas esas dificultades, la única que tiene miedos, ansiedades y tristezas. Pero, ¿y si en lugar de caer en el victimismo y en el egoísmo de pensar que todo te pasa a ti, decides tomar esas lecciones y ayudar a los demás?
Por más libros que leas, terapias, métodos para esto y aquello, nunca dejarás de aprender y tener obstáculos en la vida. Ni la persona más zen es tan zen como piensas. Ante todo, eres humano; reconoce que estás lleno de dualidades, y eso no tiene nada de malo.
Mi experiencia me ha enseñado que apoyarnos unos a otros para realizar nuestro potencial individual y colectivo es la razón por la que estamos todos aquí. A veces, todo lo que se necesita para conectarse con alguien más es compartir nuestra historia vulnerable, prestar un oído o un hombro, y simplemente estar presente para ellos.
(Sahil Dhingra)
¿Qué pasaría si dejas de concentrarte en ti por un segundo y decides ayudar a los demás con todo lo que has aprendido en tu historia? Realmente te podría parecer sorprendente que muchas personas pueden estar en el mismo lugar en el que tú te encuentras y que tal vez algo que has aprendido pueda ayudarles a superar un bache.
Al hablar de historia, ésta no tiene que estar relacionada con alguna adicción o trauma, simplemente las cosas de la vida que te han pasado y llenado de lecciones. Si has pasado por alguna adicción o trauma, entonces es aún más importante que lo compartas; de esta manera, también te podrás dar cuenta de todo lo que lograste y de cómo eso te llevó a ser una persona diferente para bien.
Afirma la importancia de tu historia
Si has lidiado con problemas como un trastorno alimenticio o una adicción, sabes que es una de las experiencias más importantes de la vida. Compartir tu historia te hará verlo desde otra perspectiva, de una forma más real, y lo podrás visualizar como un obstáculo que lograste superar.
Hace que tu recuperación sea mucho más real
Al platicarlo te podrás dar cuenta de que todo lo que hiciste para llegar a la recuperación te tomó mucho esfuerzo y fuerza de voluntad. Si pasas por algún mal momento, basta con que recuerdes eso y tu poder interior regresará para ayudarte con el siguiente problema o la próxima lección.
Compartir tu historia te conectará con los demás
¿De qué sirve que hayas vivido tantas cosas si no las compartes? Aunque debes tener cuidado y elegir bien con quiénes compartes esas historias y enseñanzas. Las personas no siempre son las más sinceras y a veces pueden usar esa información en tu contra. Lo mejor es que puedas compartirlo con un grupo de gente que sea confiable y que seguramente te hará ver que todo lo que lograste ha sido grandioso y que podrás servir de ejemplo para los demás.
Y, lo más importante… Podrás ayudar a las otras personas. Al salir de la burbuja de pensar que “todo te pasa a ti” y compartir de manera honesta todo lo que has superado, las personas simplemente se sentirán inspiradas por ti. Mucha gente que ves ahora que son coaches de vida, yoguis, maestros de meditación, etcétera, pasaron por un proceso personal ellos mismos y aún lo hacen.
El proceso nunca termina, lo importante es que lo reconozcas, lo aceptes, te tengas paciencia y ante todo, lo compartas con los demás.