Decía Buda que cada mañana nacemos de nuevo, por eso lo que hacemos hoy es lo que más importa. Cuando la realidad literalmente nos ha sacudido, es importante hacer conciencia sobre el privilegio de estar vivos, aquí y ahora.

Seguramente hemos pasado momentos muy difíciles y que nos enfrentan a la incertidumbre del futuro, pero hay algo que sí tenemos seguro: el presente. De pronto, frente a la adversidad o el impacto de lo inesperado, el dicho popular “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” adquiere una nueva dimensión y un sentido más profundo. Por eso ahora te comparto cuatro formas sencillas en las que puedes celebrar la vida, cotidianamente, con un ánimo renovado.

1. Vive a tu ritmo

¿Qué es lo primero que haces al despertar? Si es saltar de la cama a toda velocidad para ir de un lado a otro, algo puedes ajustar. Trata de disfrutar los días: disfruta tu baño, saborea el desayuno, aprecia tu trabajo o cámbialo por uno que sí te guste, duerme suficiente. Gana 5 minutos en la mañana para estirarte y poner una intención al día antes de acelerarte hacia la rutina.

2. Nunca te vayas sin decir "Te quiero"

Expresa lo que sientes, dile a tu familia y amigos cuántos los aprecias aunque no sea su cumpleaños, aniversario o alguna celebración en particular. Abraza, apoya, consiente, abre espacio en tu ocupada agenda para convivir con ellos.

3. Libera tus resentimientos

Habla también de tus incomodidades, atrévete a ser honesto contigo y con los demás. Convierte todo ese pasado que acumulas negativamente en lecciones y enseñanzas, y una vez que las hayas aprendido, perdona.

4. Todos los días son una ocasión especial

Deja de esperar para usar esos zapatos que te encantan, no te guardes tu ropa más bonita, usa tu perfume favorito hoy… y mañana también. Come lo que más te gusta, cúmplete un antojo, arregla tu casa.

NAMASTE.