¿Te ha pasado que te sientas inexplicablemente agotado y que incluso desde que te levantas de la cama ya te sientes cansado? Es algo muy común, a lo que muchos nos hemos acostumbrado y es posible que se deba a que estás mentalmente exhausto.
El agotamiento mental es un estado de fatiga, que afecta negativamente los procesos cognitivos como resultado de periodos prolongados de estrés; a menudo, suele estar acompañado por cambios negativos en los procesos de pensamiento, concentración y memoria, así como diferentes formas de angustia emocional y física.
En pocas palabras, el agotamiento mental se da cuando el cerebro se ve forzado a trabajar al 100 todo el tiempo, sin opción de descanso, por lo que debe manejar la estimulación mental extrema constantemente, sin parar, y eso afecta su funcionamiento. La fatiga mental es la forma de tu cerebro de pedirte hacer una pausa para darle un respiro.
El agotamiento mental se manifiesta con síntomas físicos, mentales, emocionales y de comportamiento; los siguientes son los principales a los que debes estar atento para poder darle a tu cerebro el descanso y cuidado que necesita.
El agotamiento mental puede afectar tu cuerpo y manifestarse psicosomáticamente. A medida que los factores estresantes se acumulan, pueden causar dolencias y malestares corporales que aparentemente surgen de la nada, como los siguientes:
- Dolores de cabeza y musculares.
- Tensión en un área o en todo el cuerpo.
- Dificultad para dormir y/o insomnio.
- Mayor esfuerzo necesario para completar las tareas cotidianas.
- Fatiga física y letargo.
El agotamiento mental puede influir negativamente en los patrones de pensamiento y procesos mentales. Si te vuelves irascible y más irritable con más frecuencia, es probable que estés emocionalmente agotado. Toma en cuenta las siguientes señales:
- Niebla mental y disminución de la claridad mental.
- Pensamientos dispersos.
- La mente se queda en blanco y puede desconectarse repentinamente.
- Perspectiva negativa, con sentimientos de irritabilidad
- Poca concentración y facilidad de distracción.
- Problemas para retener y recordar información.
- Sentimientos de tristeza y preocupación más frecuentes de lo habitual.
- Pensamientos negativos sobre las experiencias actuales y futuras, tanto en lo laboral como en las relaciones personales.
Atravesar por un estado de agotamiento mental te puede hacer más vulnerable a experimentar angustia emocional, la cual satura tu vida con una sensación de desagrado y dificulta la expresión y el procesamiento saludable de los sentimientos. Considera las siguientes señales emocionales:
- Fuerte sensación de agobio.
- Impotencia y entumecimiento.
- Ansiedad con sentimientos de tristeza.
- Te sientes desmotivado, como si nada importara.
- Sientes que estás llegando a tu límite.
Conforme tu mente se agota, puedes comenzar a reaccionar a las situaciones de manera contraria a la intuición, ya que no tendrás la energía para hacer lo que es mejor para ti. Si de pronto abandonas tu rutina habitual de cuidado personal y te involucras en comportamientos poco saludables, es una señal de que necesitas parar y retomar el camino. Ten en cuenta estos síntomas en el comportamiento:
- Indecisión.
- Te apartas de la gente, limitas la interacción incluso con tus seres queridos y evitas socializar.
- Empiezas a cancelar planes que antes te entusiasmaban.
- Procrastinación en tus actividades diarias.
- Disminución de la autoeficacia con tus metas y sueños.
- Sensación de tener mayor conflicto en tu vida.
- Dejas de realizar las actividades que solías disfrutar.
- Tienes dificultad para completar tareas de manera efectiva y/o no cumplir con los plazos de trabajo.
El agotamiento mental ocurre cuando el descanso no es proporcional a la energía emocional y mental que estás gastando a lo largo del día. De manera similar a tu cuerpo, que necesita un descanso adecuado y suficiente después de un entrenamiento, esfuerzo o actividad intensa, tu capacidad cerebral también necesita tiempo para recuperarse de los factores estresantes a través del ocio y la relajación.
Por ello, procura administrar tu tiempo adecuadamente, respeta tus horarios, dedica tiempos a la desconexión y no vivas para trabajar, pues el descanso y el esparcimiento también son parte importante del bienestar.