La salud mental se puede ver afectada, tanto positiva como negativamente, por diversos factores, desde el estrés y la calidad del sueño hasta hábitos cotidianos, como el ejercicio, el sedentarismo y la alimentación. Sin embargo, recientes investigaciones han destacado un factor menos evidente, pero crucial: la exposición a la luz. Un estudio publicado en la revista Nature Mental Health ha demostrado la relación entre la exposición a la luz y la salud mental.
El estudio, realizado en Australia y basado en datos del UK Biobank, es el más grande hasta la fecha sobre la exposición a la luz y la salud mental, con casi 87,000 participantes.
Los resultados mostraron que la exposición incrementada a la luz durante la noche está asociada con un mayor riesgo de trastornos psiquiátricos, como ansiedad y depresión. Específicamente, la luz nocturna aumentó el riesgo de depresión en un 30%. Patrones similares se observaron para autolesiones, psicosis, trastorno bipolar, ansiedad y TEPT.
A pesar de estos hallazgos preocupantes, el estudio también reveló una noticia alentadora: la exposición a la luz durante el día puede actuar como una medida protectora para la salud mental, reduciendo el riesgo de algunos padecimientos.
El doctor Sean Cain, autor principal del estudio, destaca la importancia de la exposición a la luz en relación con la salud mental. Sugiere que es esencial obtener luz brillante durante el día y oscuridad durante la noche.
Aunque puede parecer una tarea sencilla, desafiamos nuestra biología pasando alrededor del 90% del día bajo iluminación eléctrica, que es demasiado tenue durante el día y demasiado brillante por la noche en comparación con los ciclos naturales de luz y oscuridad. Esta discrepancia confunde a nuestros cuerpos y puede afectar los ciclos circadianos del organismo y, por consecuencia, también afecta la salud tanto física como mental.
Por lo tanto, es recomendable aprovechar la luz natural durante el día y, si es posible, salir a dar un paseo por la mañana y otro por la tarde. Mientras que, al anochecer, es aconsejable reducir la iluminación y evitar la exposición a las pantallas tanto como sea posible, en especial mientras más se acerca la hora de dormir.
La exposición adecuada a la luz es esencial para nuestra salud mental. A medida que más investigaciones abordan este tema, queda claro que obtener suficiente luz durante el día y reducirla durante la noche es una forma sencilla pero efectiva de cuidar nuestra salud en todos los ámbitos.