¿Las matemáticas te traumaron? Es un tema común entre muchas personas y es real, un trauma que provoca un bloqueo mental cuando se trata de hacer matemáticas. Jennifer Ruef, de la Universidad de Oregon, se ha rodeado de números, fórmulas y cálculos por más de 30 años.
Ella prepara a profesores de matemáticas y en estas décadas ha escuchado en repetidas ocasiones que la gente cree no ser buenos para la materia. Ese miedo los impulsa al terror cuando se enfrentan a pruebas que los bloquean.
La noción de quién es una persona matemática impulsa la investigación que Jennifer realizó con un par de colegas, Shannon Sweeny y Chris Willingham. Esta investigación la realizaron con personas que buscan tener títulos de enseñanza.
Uno de los mayores retos para los educadores de matemáticas en Estados Unidos es ayudar a los profesores que lidian con sus propios traumas con la materia. Éstos se manifiestan como ansiedad, o los debilitan frente a los alumnos. Este temor los impide avanzar en varios sentidos.
Si bien el trauma matemático tiene múltiples orígenes, hay algo en los que los padres y maestros tienen poder para influir directamente: las viejas ideas de lo que significa ser bueno en matemáticas. Esto incluye la velocidad y la precisión, que fueron importantes en décadas pasadas, cuando los estilos de vida eran diferentes y la única herramienta para hacer operaciones era el cerebro humano.
Pero la investigación ha confirmado lo que muchas personas comparten de forma anecdótica: vincular la velocidad con las operaciones debilita a los alumnos. Las personas que luchan por completar una prueba cronometrada de matemáticas a menudo experimentan miedo, lo que bloquea su memoria de trabajo. Esto hace que sea casi imposible pensar, lo que refuerza la idea de que una persona simplemente no puede hacer matemáticas.
La memoría es una herramienta básica y se cree que aprender datos rápidos, como las tablas de multiplicar, es bueno para aprender matemáticas. Pero la investigación muestra que la fluidez (la capacidad de recordar fácilmente) se desarrolla mejor desde el primer sentido de las operaciones aritméticas.
En otras palabras, el primer paso para construir una memoria matemática es entender cómo funcionan las matemáticas. La siguiente imagen propuesta por Ruef muestra una comprensión más profunda de los conceptos como la multiplicación y la división, lo que permite a las personas ver patrones en números. Por ejemplo, 3, 5 y 15 están en una relación triangular, donde 3 x 5 = 15, 5 x 3 = 15, 15 ÷ 5 = 3, y 15 ÷ 3 = 5.
Saltarse ese paso (el de encontrar sentido en la matemática) hace que la comprensión sea frágil. Cuando alguien sólo memoriza, cada hecho nuevo es aislado y se olvida fácilmente. Por el contrario, la comprensión de los patrones en hechos matemáticos comprime la carga cognitiva requerida para recordar hechos relacionados. La comprensión profunda, robusta y flexible permite aplicar lo aprendido a nuevos problemas.
Para muchos adultos, las clases que se imparten ahora son muy diferentes a las de su infancia. Las escuelas de Estados Unidos se han alejado de la velocidad y la precisión; ahora se discute y da sentido a las matemáticas. Los maestros están de acuerdo en que estas estrategias funcionan.
Si reconoces que eres un sobreviviente de un trauma matemático, debes saber que no estás solo, y hay formas de sanar. Comienza por entender que las matemáticas son amplias y buenas; la mayoría de las personas son mucho más matemáticas de lo que crees.
Con información de The Conversation