En su libro, Sobre la ira, Séneca advierte que la ira es como "un precipicio del alma", es decir, que no es más que una muestra de debilidad de carácter. La ira, dice Séneca, es como un ácido que causa más daño al recipiente que lo contiene que a cualquier cosa sobre la cual se vierta. El enojo siempre te hace más daño a ti que a la persona con quien te enojas, porque al final eres tú quien tendrá que disculparse y lidiar con las consecuencias de sus actos.
Una parte fundamental de la inteligencia emocional es darle lugar y salida a todas las emociones, pero sin permitir que se adueñen de nosotros. La mayoría de las veces el enojo es una respuesta a la frustración sobre una situación que no podemos controlar, es decir, una señal de inmadurez. Si eres una persona que se enoja con facilidad, estos tips te ayudarán a controlarlo:
1. Identifica qué ocurre en tu cuerpo cuando estás a punto de enojarte
Antes de enojarse, el cuerpo sufre reacciones físicas, por ejemplo, dolor de estómago, tensión en el cuello o en las manos, respiración más agitada, etc. Identifica las señales que envía tu cuerpo cuando comienzas a enojarte; detectarlo a tiempo es el primer paso para evitar que el enojo crezca y se desborde.
2. Si sientes que estás comenzando a enojarte, toma un "tiempo fuera"
Cuando logres identificar las señales que manda tu cuerpo, sabrás el momento exacto en que comienzas a enojarte. No esperes más y tómate un momento para tranquilizarte de inmediato. Respirar siempre ayuda. No importa si estás en medio de una discusión, es mucho mejor decir "Permíteme 5 minutos" a "Perdóname por favor, estaba enojado/a, no quise decir eso".
3. No te desquites con quienes te rodean
La mayoría de las personas que tienen dificultades para controlar su enojo terminan desquitándolo con alguien que no tiene nada que ver; por ejemplo, si tienen un problema en la oficina, llegan a casa a buscar pleito con su familia. Deja de hacer pagar a otros por tu incapacidad para controlar tu enojo. Si algo o alguien te hizo enojar detén la cadena ahí, no lo transmitas.
4. No lo tomes personal
No des por hecho que cuando alguien hace algo que te molesta lo está haciendo justamente para molestarte. Creer que todo lo que ocurre en el mundo tiene una relación directa contigo o que tú eres el destinatario de todas las acciones de los demás solamente es señal de tu egocentrismo. La gente no vive para molestarte, e incluso si lo hiciera, sus motivos rara vez tienen que ver contigo y son resultado de sus propias carencias.
5. Acepta que no puedes controlarlo todo
Como mencionamos, gran parte de la ira es causada por la frustración de no poder controlar lo que ocurre a nuestro alrededor e incluso lo que ocurre dentro de las personas, por ejemplo, cuando nos molesta que alguien tenga opiniones o sentimientos opuestos a los nuestros. Para romper la cadena del enojo, primero deben aceptarse los sentimientos de impotencia y aprender a lidiar con el hecho de que no podemos controlarlo todo (y con el hecho de que, si pudiéramos, tampoco sabríamos qué hacer).
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