Los perros son miembros de muchas familias alrededor del mundo y desde hace varias décadas también llevan el título de ser "los mejores amigos del hombre", pero según una nueva investigación, también pueden enseñar a los niños a desarrollar sus propias amistades. En un estudio publicado en la revista Pediatric Research se señala que los niños pequeños que conviven con perros tienen mejores habilidades sociales y emocionales que los que no tienen una mascota.

Aprender de los amigos peludos

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Australia Occidental, utilizó datos de mil 646 hogares, cada uno con niños de entre 2 y 5 años. Del grupo, 686 eran dueños de perros. Se analizó la actividad física y el desarrollo socioemocional de los niños y se tomaron en cuenta las posibles influencias conductuales, como la edad, los patrones de sueño, el tiempo frente a la pantalla y más. Con esa información, se concluyó que los niños con perros tuvieron 23% menos de probabilidades de luchar con sus emociones e interacciones sociales que los niños sin perros.

Además, los niños que se unieron a sus familias en paseos para perros al menos una vez a la semana presentaron un 36% menos de probabilidades de tener problemas sociales y emocionales. El mayor impacto, sin embargo, provino del tiempo de juego. Los niños que jugaban con sus perros al menos tres veces por semana mostraron un 74% más de probabilidades de participar en comportamientos prosociales, como compartir.

Si bien parece haber un vínculo claro entre tener un perro y el desarrollo social y emocional de un niño, los investigadores no pudieron determinar exactamente por qué. "Nuestros hallazgos indican que ser propietario de un perro puede ser benéfico para el desarrollo y el bienestar de los niños", dijo Hayley Christian, coautora de la investigación, "y especulamos que esto podría atribuirse al vínculo entre los niños y sus perros". En otras palabras, cuanto más tiempo pase un niño con su perro mayor será su apego, y esa relación puede promover el desarrollo socioemocional.

Para los padres, se sugiere en el estudio que puede valer la pena aceptar las solicitudes de sus hijos al pedir un cachorro, especialmente para los niños o niñas que tienden a ser más tímidos. Y si no tienes hijos, tener un perro también puede motivarte a realizar actividad física y mejorar tu salud mental y la de tu corazón.