Uno de los dolores más grandes que sufre nuestra sociedad moderna, es el causado por la pérdida de un ser querido. Muchas culturas tienen la creencia de que cuando alguien muere, te debe doler durante toda la vida -o por lo menos, durante un período considerable- para “honrar” dicha memoria. Sin embargo, si realmente deseas rendirle honores a una persona es mucho mejor atesorar su vida y recordar sus momentos más gratos y felices, en lugar de lamentar su muerte.
Todo ser vivo en este planeta muere, es un proceso natural de la vida y también es un hecho que ninguno de tus seres queridos quiere que permanezcas triste al momento de su partida. Esto no significa que no puedas sentirte mal. La tristeza y el dolor son emociones naturales y no tienen nada de malo; lo que no puedes permitirles es que manejen tu vida y se conviertan en un problema. Trabajar con tu propia pérdida y dolor para crear una actitud sana hacia ésta, depende de ti.
¿Qué te lleva al dolor de una pérdida? Hay muchas situaciones en las que lo puedes experimentar, como por ejemplo, el fin de una relación amorosa, la pérdida de la niñez, de ideas, de sueños, hijos que se van de casa para comenzar su vida, mudanzas, cambio de trabajo, etcétera.
Toda relación con una persona o situación en particular brinda regalos, buenas experiencias y memorias, pero también dolor; es una decisión tuya con cuáles decides quedarte. De hecho, si lo haces consciente, todos pasamos por distintos procesos de duelo y pérdida:
• Todos vamos a morir, la muerte es un proceso natural. ¡Haz las paces con ella!
• La vida siempre cambia más allá de tu control. Ajústate rápido y conserva sólo los buenos momentos.
• El duelo no deshace nada; no cambia ni soluciona nada, sólo te hace sentir terrible.
• Aquellos que murieron están bien ahora; su dolor terminó. El problema es que los vivos tenemos problemas con la muerte.
También es bueno que identifiques algunas de las creencias poco sanas que existen acerca del dolor y la pérdida, las cuales no te permiten avanzar:
• Si dejas el dolor, entonces vas a olvidar a dicha persona.
• Si superas el duelo, la gente pensará que no quisiste a la persona.
• Te sientes culpable si no exprimentas dolor por la persona que murió.
• La cantidad de dolor y lágrimas es proporcional a la cantidad de amor que le tuviste a la persona.
En conclusión, lo mejor es vivir el presente y disfrutar cada momento, incluso aquellos en los que tienes que luchar contra tus propias emociones. Es lo que verdaderamente te hace sentir vivo. El miedo a la muerte se debe al temor a lo desconocido, a lo que hay detrás, pero si trabajamos en ello durante nuestra existencia será más sencillo hacer ese tránsito, y no sólo para la persona que se va, sino para aquellos que se quedan en este plano de la existencia.
Como dijo Norman Cousins: “La muerte no es la mayor pérdida en la vida. La mayor pérdida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos”.
Te invito a reflexionar sobre la muerte y quiero compartirte que existen muchas herramientas, como el Faster EFT, que te pueden ayudar a superar la muerte de un ser querido o cualquier otro tipo de pérdida.
Irma Soledad Malpica Batista
Psicóloga transpersonal, astróloga certificada y especialista en emociones
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