Las hay buenas y las hay malas, pero las bacterias malas pueden convertirse en buenas, y entonces tu sistema inmunológico se fortalece cada vez más.
Las buenas no sólo trabajan a favor de tus defensas; también tienen que ver con la salud de tu cabello y de tu piel, combaten las alergias y las enfermedades, te ayudan a mantener tu peso adecuado y, por si fuera poco, si tu ecosistema de bacterias buenas está bien equilibrado, te mantienen anímica y emocionalmente saludable.
¡Aprende a llenarte de bacterias buenas viendo este video!