La piña es una de las frutas favoritas de muchas personas. Si sueles usarla para preparar agua o jugos o comerla en trozos, lo más seguro es que la cáscara termine en la basura o, en el mejor de los casos, en la composta.
Pero, ¿sabías que la cáscara de piña puede tener diversos usos y que consumirla resulta benéfico para la salud? Además de que la pulpa es rica en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, la cáscara contiene compuestos antinflamatorios y sustancias que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.
Tanto la cáscara como el tallo de la piña contienen bromelina, un tipo de enzima digestiva cuyas múltiples propiedades incluyen la ayuda en el tratamiento de la osteoartritis y las enfermedades cardiovasculares, así como la reducción del estrés oxidativo y la inflamación.
Las siguientes son algunas formas en las que puedes empezar a aprovechar los beneficios que esconde la cáscara de piña.
Tan simple como suena: poner a hervir la cáscara de piña y beber el té resultante es una forma poderosa y fácil de aprovechar sus beneficios.
Para prepararlo, coloca la cáscara de una piña en 2 litros de agua; si quieres darle un toque de sabor extra, puedes agregar una ramita de canela. Déjela hervir a fuego lento durante 25 minutos. Apaga el fuego y deja reposar 30 minutos antes de colar las cáscaras.
Puedes tomarla caliente o fría, y si quieres endulzarla, agrega un poco de miel de abeja o de agave.
Como potencia enzimática, la aplicación tópica de bromelina en la piel puede ayudar a aliviar el acné al eliminar las células muertas de la piel y mejorar la complexión de la piel en general.
Aunque los productos con bromelina no son nuevos en el ámbito de la belleza, puedes tener un tónico casero y natural al usar la receta anterior de agua con cáscara de piña (sólo quita la canela si la vas a utilizar con este fin).
Aplica el agua de piña por las noches en la piel limpia, con ayuda de un algodón. Al día siguiente, lava tu cara por la mañana y ponte bloqueador solar de FPS 30 como mínimo, para evitar la pigmentación por la vitamina C que contiene el agua de piña.
Para preparar jugo, no sólo la pulpa de piña es útil sino también su cáscara. Sólo tienes que usar el agua del primer punto como base para toda clase de jugos, ya sea con frutas, verduras o una combinación de ambas.
Deja enfriar bien el agua de cáscara de piña, métela al refrigerador y cada mañana toma un poco para licuarla junto con las frutas o verduras que prefieras, y así les darás un toque de sabor diferente a tus jugos diarios, además de que los enriquecerás con los nutrientes de la cáscara de piña.
Si te gustan los vegetales encurtidos, puedes aprovechar las cáscaras de piña para darles un sabor diferente y un toque agridulce. El encurtido no sólo es una forma conveniente y respetuosa con el planeta para hacer que la comida dure (y tenga un sabor delicioso), sino que también es una salida creativa con infinitas iteraciones.
Para preparar tus encurtidos necesitarás:
Procedimiento:
Primero mezcla el agua, el vinagre, la sal y el azúcar en una cacerola y ponla al fuego. Cuando hierva, agrega la pimienta al gusto y unas hojitas de laurel, junto con los vegetales que hayas elegido cortados en trozos o rebanadas y las cáscaras de piña también cortadas (si lo deseas, agrega también cubitos de la pulpa de piña). Deja que hiervan sólo un poco, con máximo 1 minuto será suficiente.
Enseguida, apaga el fuego y saca los vegetales junto con las cáscaras del líquido para colocarlos en un recipiente con agua fría y hielos. Esto es para detener el proceso de cocción al enfriarlos rápidamente, y sirve para eliminar posibles microorganismos.
Escurre bien con ayuda de un colador grande y coloca los vegetales junto con las cáscaras y los cubitos de piña en un frasco o recipiente de vidrio que tenga tapa. Una vez que el recipiente esté casi lleno con los vegetales agrega la mezcla de agua, vinagre, sal y azúcar en la que previamente herviste los vegetales (el líquido ya debe estar frío para este momento; si no lo está, espera a que enfríe para envasar).
Cubre los vegetales con el líquido, tapa bien el recipiente y deja que repose 1 día como mínimo, aunque lo ideal es dejarlo al menos 1 semana. ¡Listo! Ya tienes unos ricos vegetales encurtidos con el toque de sabor de la piña.
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