La microbiota humana se conforma por alrededor de 100 trillones de células que integran nuestro cuerpo, piel, uñas, cabello, entre otros. Cerca del 80% de la microbiota se encuentra en el intestino y se conoce como microbiota intestinal humana. La energía de nuestro cuerpo, así como la sensación de bienestar o malestar que podamos tener en la salud en general, dependen en gran medida de esta microbiota intestinal humana, pues justo ahí se realiza la digestión de componentes, apoyo al sistema inmune y producción de algunas vitaminas que necesitamos para realizar nuestras funciones. Impresionante ¿verdad?

Por eso es tan importante mantener una alimentación saludable. Un desequilibrio en la microbiota dificulta la correcta absorción de nutrimentos e impide que éstos se conviertan en energía, lo cual puede producir fatiga. Además, recordemos que de por sí, la digestión, absorción y asimilación de la comida es un proceso que ya requiere energía. Peor aún, si los alimentos que consumimos han sido procesados o requieren de grandes esfuerzos de la microbiota para ser digeridos, es muy probable que sintamos fatiga ya sea después de comer o durante el resto del día. Lo recomendable es mantener una alimentación saludable que incluya el consumo de yoghurt con bifidobacterias para regular el equilibrio de la microbiota y así demandarle un esfuerzo energético menor al cuerpo y conseguir tener más energía durante todas las actividades del día a día.

Por último, el 95% de la serotonina, la hormona encargada de regular nuestro estado de ánimo y proporcionarnos la sensación de bienestar, se produce en el estómago. Esto prueba de qué manera el equilibrio en nuestra microbiota intestinal (el conjunto de diferentes especies y cepas de bacterias que viven en nuestro intestino) influye en nuestras funciones emocionales y energéticas.

Sin embargo, si la fatiga es constante o sigue ocurriendo después de un cambio de hábitos alimenticios, lo recomendable es asistir con el médico.

Fuentes: Collective evolution

Holtorf Medical Support